Sole: "Me está cayendo la del pulpo pero soy una persona fuerte”

Sole: "Me está cayendo la del pulpo pero soy una persona fuerte”
Sole: "Me está cayendo la del pulpo pero soy una persona fuerte”

Amable, sonriente y tranquila. Así se muestra Sole dos días después de la emisión del programa ‘Pesadilla en la cocina’. No dejan de entrar clientes en El Zamora, donde vemos a Ana detrás de la barra y a Jonathan subiendo cajas del comedor. Ambos continúan con la veterana hostelera, quien nos cuenta su versión del programa, al que tilda de “show” y al que ella nunca llamó. Fue el programa quien se puso en contacto con el restaurante zamorano en febrero de 2014. En ese momento, ella tenía otra plantilla, “nada que ver con la actual”, apostilla. Sin embargo, y pese a que siguió en conversaciones con los responsables hasta el mes de noviembre de ese año, finalmente declinó la propuesta. “Quería tener muy seguro lo que quería hacer”, recuerda.

Para su sorpresa, en 2015, más o menos por las mismas fechas, volvieron a contactar con ella y, una vez obtenido el visto bueno de sus trabajadores, en agosto decidió aprobar su participación en el programa dado el interés mostrado por la cadena y también porque “había una serie de cosas que había que pulir”. Conocía el formato televisivo con anterioridad y, en muchas entregas, “no daba crédito” a lo que veía. “Soy una persona curiosa, en el sentido de que no me vale con lo me cuenten sino que me gusta verlo por mí misma, por eso decidí aceptar, previa consulta con mi familia y sabiendo a lo que me arriesgaba”.

La semana del 21 de noviembre comenzó el rodaje. Una grabación “digna para olvidar y no por lo grato”, declara. Y es que la regente veterana considera que “sobresaltaron los momentos de agobio”. “Hubo un momento puntual en el segundo día de grabación, antes de la reforma, en el cual yo viví una situación muy tensa que se puede ver en las imágenes. Como estaba viendo que se estaba sacando todo fuera de contexto, me arrepentí y en ese momento dije que hasta ahí habíamos llegado”, relata. “Vi claramente que venían a por mí, me imagino que tendrían un guion pero yo en ese momento no lo sabía”. 

No obstante, “el paso ya estaba dado” y, en ese momento, no paralizó la grabación porque “hubiera podido tener sus consecuencias”. Sin embargo, el equipo de producción y grabación siguió sobrepasando los límites establecidos de forma previa al comienzo del rodaje. En este sentido, la regente acusa al equipo de ‘Pesadilla en la cocina’ de cortar la toma previa a su discusión final. “Esas imágenes no se han visto y son fundamentales. Cuando yo le digo que se vaya, es porque antes, ‘el cocinero’ hace una alusión provocativa referida a mi vida personal. Tuvimos nuestros más y nuestros menos pero antes de comenzar el programa yo dejé una cosa muy clara: mi vida personal es mi vida personal y los únicos que tenemos derecho a ella son mi familia y yo, y punto, y ahí no entra nada más”.

Citando a Isabel Pantoja, Sole confiesa haber sentido los focos a su persona, de ahí las tensas situaciones emitidas que “no tienen nada que ver” con ella. Por eso, cuando Chicote abandonó su negocio, ella recuerda haberse “quedado a gusto” sabiendo que la “farsa” había terminado ya. Además, la hostelera critica el montaje anacrónico y la parafernalia montada después. “¿Se arrepiente de haber aceptado?”, le preguntamos. “Arrepentir, arrepentir….”, balbucea, “me está cayendo la del pulpo pero afortunadamente soy una persona fuerte y voy a seguir trabajando como hasta ahora aunque se intentará mejorar, todos pondremos nuestro granito de arena. Yo sé que esto le pilla a otra persona y la hunde, pero siempre miro el lado positivo”. 

Cuando se grabó el programa, el Café Zamora, ahora rebautizado como El Zamora, atravesaba la época de crisis “que todos hemos pasado, unos mejor y otros peor”, y de la que, afortunadamente, ahora ya se está recuperando. Como único aspecto negativo, Sole lamenta el “bombardeo” de las redes sociales a la que se está viendo sometida su persona. “La gente se toma muy a la ligera los comentarios de Twitter, Facebook y demás y se deberían controlar un poco más. Lo que han visto en el programa no se ajusta a la realidad, si quieren comprobarlo, que vengan y vean quién les pone un café o les sirve una comida, la misma plantilla que hace dos años”. La regente responde así al rumor extendido sobre el despido de 25 personas en apenas tres meses. “Es falso y demostrable con documentación”, zanja. 

En la misma línea, la responsable ahonda en este tema recordando su filosofía de trabajo: "Yo cuando coja gente y vea que es competente, trabajarán conmigo. Y si no son competentes, no trabajarán. Y cuando hablo de compentencia no hablo de mis exigencias (que también tengo derecho a ellas porque el negocio es mío), sino de ciertas cosas que ni he pasado, ni paso, ni pasaré porque por encima de todo está el bienestar del negocio. La empresa son los empleados, y los empleados son la empresa, una cosa no podría existir sin la otra. Yo no puedo montar una empresa sin gente trabajadora, tienen que saber que los clientes deben ser atendidos debidamente y no beber cerveza en el servicio o estar con el móvil delante de los clientes. Eso lo prohibí, lo prohíbo y lo prohibiré durante toda la vida. El que quiera bien, bien. Y el que no, que se busque otro puesto de trabajo”, concluye.

Próximamente, El Zamora cerrará sus puertas. No de forma definitiva, sino para acometer una “serie de rectificaciones” de la reforma realizada por el programa y así, acondicionar aun mejor el local que poco a poco vuelve a despertar de su particular pesadilla.  

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