Además, el aviso también apuntaba que varias partes del revestimiento habían quedado colgando y podían caer a la acera con el consiguiente riesgo de que pudiera alcanzar a un paseante.
Ante esto, una dotación de Comberos y una patrulla de la Policía Local se personaron en el lugar del incidente. La Policía cortó el tráfico en la calle durante más de una hora, el tiempo que tardaron los bomberos en retirar los escombros y asegurar la zona. Y es que además del riesgo que podían suponer los cascotes ya depositados en el suelo, había un riesgo mayor de que el revestimiento que había aguantado al desprendimiento terminara por ceder.
Por eso, tras acordonar la zona, los Bomberos aseguraron la fachada y abrieron de nuevo la zona al tráfico y a los paseantes cuando desaparecieron todos los riesgos.
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