Con la llegada del 2023 Zamora dice adiós a un año terrorífico en el balance de accidentes y fallecidos en las carreteras de la provincia. El número de siniestros y decesos derivados de los mismos ha aumentado de forma considerable respecto al año anterior, una tendencia preocupante, tal y como han señalado en numerosas ocasiones fuentes de la subdelegación de Gobierno.
Si bien en todo 2021 fueron un total de once las personas que perdieron la vida en las carreteras zamoranas, 2022 se ha cobrado un total de dieciocho. Un aumento considerable de víctimas mortales que ha tenido su último episodio con el trágico fallecimiento de un motorista en la CL-605 el último día del año.
El primero de estos fallecimientos se produjo el pasado 14 de enero, cuando un varón era atropellado por un turismo en Andavías sin que los profesionales sanitarios pudieran hacer nada por salvarle la vida.
Tras el primer trágico suceso del mes de enero, el pasado 2 de febrero dos personas perdían la vida con apenas horas de diferencia entre ambos sucesos. Primero, un motorista de 45 años fallecía en Valdescorriel tras un accidente entre la moto en la que viajaba y un turismo. Después, un hombre de 65 años moría atropellado en la A-66 en Moraleja del Vino.
Marzo pasó sin dejar víctimas mortales y en Abril la tragedia volvía a la provincia de Zamora, cuando un varón de 43 años perdía la vida tras ser arrollado por un camión en la A-66 a la altura de Cubillos.
Pero no era el último accidente mortal del mes, el 26 de abril un varón de 42 años perdía la vida en la N-VI a la altura de Villabrázaro tras salirse de la vía con el vehículo en el que viajaba que quedaba volcado.
La llegada del mes de mayo parecía dar un respiro aunque la falta de accidentes en este mes se compensaría con un trágico mes de junio en el que el pasado sábado 4 de junio fallecían dos personas, un hombre y una mujer de 73 y 72 años de edad en la A-66 a la altura de Peleas de Arriba tras salirse de la carretera y caer desde el puente de la autovía, y unos días después, el 12 de junio, un varón de 60 años perdía la vida en la A-52 a la altura de Cobreros tras salirse de la vía y chocar contra un árbol.
Sin embargo, lo peor estaba por llegar y es que el mes de julio se cobraba la vida de hasta cinco personas en carreteras interurbanas de la provincia. El 19 de julio, un camionero de 60 años perdía la vida tras volcar su vehículo a las afueras de Villalpando. Tan solo unos días después, el 23 de julio un joven de 17 años fallecía tras un accidente de moto en Pinilla de Toro.
Dos jóvenes hermanos, uno de 17 años y otro de 24 años, también fallecían el 28 de julio en la A-52 tras el vuelco del turismo en el que viajaban y en esa misma vía el 30 de julio el vuelco de un turismo a la altura de Quitanilla de Urz se saldaba con la muerte de una mujer de 42 años
Tras un agosto sin sobresaltos, el mes de septiembre comenzaba con un fallecimiento que impactaba a muchos en la capital del duero: Miguel, el del Numancia, perdía la vida en un accidente de moto en Zamora capital.
Octubre pasaba nuevamente desapercibido en esta cuenta y en noviembre una colisión por alcance de un turismo a un remolque agrícola, se saldaba con el resultado del fallecimiento de una persona en la CL-612.
Diciembre, último mes del año aumentaría la cifra en tres fallecidos más. El pasado 19 de diciembre, una colisión entre un camión y un autobús en la A-6, a la altura de San Esteban del Molar, se saldaba con el conductor del camión fallecido. Tan solo un día después, un choque frontal entre dos vehículos de madrugada en la N-122 de madrugada dejaba como resultado un nuevo fallecido más y ya en el último día del año, un motorista perdía la vida después de chocar contra una señal de tráfico tras salirse de la vía en el kilómetro 124 de la CL - 605, entre los términos municipales de Villaescusa y Cañizal.
A nivel comunitario, las cifras también son especialmente malas y es que los accidentes de tráfico en las carreteras de la Comunidad se dispararon el pasado año más de un 40 por ciento en comparación con 2019, cuando se alcanzaron los 94 fallecidos, y se cobraron la vida de 136 personas, la cifra más alta desde 2015, cuando hubo que lamentar la muerte de 144 personas. Además, esta dramática subida sitúa a la Comunidad al frente del incremento de la siniestralidad en el conjunto autonómico.
A nivel nacional, a fecha del pasado 19 de diciembre se registraba una subida del cuatro por ciento, con 1.097 víctimas, 40 más que el pasado ejercicio. Por comunidades, el comportamiento es desigual y se registran caídas en Cataluña, País Vasco, Madrid, La Rioja, Extremadura y Galicia, según los datos provisionales del Observatorio Nacional de Seguridad Vial de la Dirección General de Tráfico.
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