La Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León ha desestimado el recurso de apelación y ratificado la condena de ocho años y seis meses de cárcel impuesta por la Audiencia Provincial de Zamora a un hombre por un delito de tentativa de homicidio y de diez meses de prisión por sendos delitos de violencia física en el ámbito familiar.
Además, el acusado será privado durante diez años del derecho a tener armas, se le impone una década de alejamiento de la víctima a un mínimo de tres kilómetros, diez años de libertad vigilada tras cumplir la pena de prisión y la obligación de indemnizar con 10.000 a la víctima por las lesiones sufridas, las secuelas y los daños morales, según la sentencia dictada por la Audiencia de Zamora el 14 de junio de este año y recién ratificada por el TSJCyL.
El acusado mantuvo una relación sentimental de pareja con la víctima desde 2018 hasta 2021, marcada por frecuentes discusiones. En septiembre de 2021, la agarró del cuello y le apretó sin que constasen lesiones y la instó a abandonar el domicilio e ir a vivir a otro lugar.
Unos días después, con signos de haber consumido bebidas alcohólicas, dio el móvil a la víctima y le pidió que “llamara a la Policía mientras la mataba”, además de propinarle fuertes puñetazos en la cabeza y tirarle del pelo entre amenazas de muerte, según recoge la sentencia.
Cuando el sujeto fue a la cocina para coger un cuchillo, la mujer huyó, aunque fue alcanzada en el portal, le dio un tirón de pelo, la arrojó al suelo, le dio una patada en la cabeza y se la pisoteó mientras blandía el arma blanca hacia el cuerpo de ella. La arrastró por el pelo hasta el ascensor, siguió dándole patadas y golpes y le dejó en el comedor de casa antes de bajar a limpiar la sangre que había quedado en el portal.
La víctima volvió a intentar escapar y se refugió en el quinto piso, en casa de unas vecinas, que avisaron a la Policía Nacional.
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