Durante los tres últimos años, entre 2013 y 2015, las ventas de picadura se han reducido en España unas 800 toneladas, pasando concretamente de 6,9 a 6,1 toneladas (-12%). La región española donde mayor ha sido esa caída en volumen es Andalucía, con una bajada del 16%, equivalente a 183 toneladas (de 1.116 a 933 toneladas).

Los descensos producidos en las ventas de tabaco de liar podrían indicar un cierto trasvase del tradicional contrabando de cajetillas al contrabando de hojas de tabaco picado. De todas formas, dado su volumen, la mayor preocupación sigue siendo el contrabando de cajetillas legítimas de cigarrillos, que es el tipo mayoritario de contrabando que detectan principalmente los informes realizados por la industria.   

El descenso producido en las ventas de tabaco de liar y en los porcentajes de contrabando de cajetillas de cigarrillos coincide, además de con una significativa subida de impuestos en junio de 2013, con un notable incremento detectado en las ventas ilegales de hoja de tabaco picado a través de internet y sobre todo, con las importantes aprehensiones de esta clase de tabaco realizadas por los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado. 

Concretamente, durante los últimos dos años el Servicio de Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria y la Guardia Civil han llevado a cabo importantes operaciones en distintos puntos del país, que dan una idea aproximada del volumen de hoja de tabaco picado que podría estar moviéndose ilegalmente por nuestro país.

En este sentido, Agustín Conde, director general de Cetarsa (Compañía Española de Tabaco en Rama), señala que “lamentablemente, estamos viendo cómo se incrementa el comercio fraudulento de hoja de tabaco en las zonas productoras en España. Por parte de Cetarsa realizamos nuestros máximos esfuerzos para concienciar a los agricultores sobre los peligros que estas actividades pueden producir, no sólo a la salud pública y a los ingresos del Estado, sino a la continuidad del sector. Para ello, además, tenemos una estrecha colaboración con la Agencia Tributaria y con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que intentan luchar también contra esta lacra”.

Por su parte, Rocío Ingelmo, directora de Asuntos Corporativos y Legales de Altadis, manifiesta su preocupación por este nuevo fenómeno “ante la circunstancia -ha destacado- de la falta de control sobre un tabaco cuyo uso empieza a ser preocupante y respecto al que los consumidores empiezan a creer que es más natural, cuando la realidad es que no cumple la calidad necesaria, en ocasiones por el exceso de pesticidas que contiene. El tabaco de venta legal está sometido a unos severos controles y en el caso del contrabando de hoja de tabaco picado, consideramos que se trata de un grave delito contra la salud pública sobre el que las autoridades sanitarias deberían actuar de manera contundente”.

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