Los hechos se produjeron a raíz de la denuncia presentada por las víctimas, tres jóvenes estudiantes, que convivían con el detenido en un piso de alquiler de la calle Cervantes de Zamora, y al regresar al domicilio se encontraron que les habían sustraído sus ordenadores personales, donde almacenaban sus apuntes de estudios.
Varias horas después, un amigo de las víctimas le localizó en una discoteca de la Ctra. Villalpando y, con ayuda de empleados del establecimiento, le retuvieron hasta la llegada de la Policía. Delante de los agentes reconoció la autoría de los hechos y manifestó que los ordenadores los había vendido por sustancias estupefacientes, si bien se negó a facilitar más datos sobre el paradero de los mismos.
El detenido, con numerosos antecedentes por hechos contra la propiedad, pasó a disposición de la Autoridad Judicial, que decretó su puesta en libertad con cargos. La investigación continúa abierta, para intentar recuperar los efectos sustraídos.
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