Fallece El Churri de San Lázaro, uno de los personajes más icónicos de la Semana Santa de Zamora

El zamorano, que llevaba unos días ingresado en el Complejo Asistencial de Zamora, no pudo superar la enfermedad

26 may 2021 - 18:50
Fallece El Churri de San Lázaro, uno de los personajes más icónicos de la Semana Santa de Zamora
Fallece El Churri de San Lázaro, uno de los personajes más icónicos de la Semana Santa de Zamora

El Churri de San Lázaro, Carlos Ramos Mediavilla, histórico Merlú zamorano y hermano de muchas cofradías y coros de la ciudad; pero especialmente conocido por formar parte de la antigua Banda de Música del Consorcio de Fomento Musical de Zamora y después de la Banda del Maestro Nacor Blanco, uno de los personajes más emblemáticos de la Pasión zamorana, ha fallecido esta tarde en el Complejo Asistencial de Zamora después de estar ingresado varios días con un pronóstico muy grave.

El tanatorio de El Churri estará instalado en la funeraria El Tránsito de la capital.

El Churri tenía hasta un pasodoble que le dedicó el toresano David Rivas

Así se ha despedido Ana Pedrero, desde Hostelería en Zamora, del icónico zamorano:

En el Hospital Virgen de La Concha ha fallecido a primera hora de esta tarde Carlos Ramos Mediavilla, el popular ‘Churri’ del barrio de San Lázaro. Tan popular, que hasta el toresano David Rivas le dedicó el pasodoble ‘El Churri de San Lázaro’ (ver vídeo), cuyo estreno supuso uno de los momentos más felices de su protagonista.

Personal del Servicio de Limpieza del Ayuntamiento de Zamora, el Churri era ante todo un amigo bueno y leal y un zamorano de corazón, que no dudaba en echarse la capa española a las espaldas, como un marqués, en el día de San Antón o en Resurrección, o la jubona de aceitero y la boina con sus hermanos de la Peña del Cencerro, o en acompañarnos a los hermanos ‘díscolos’ de Luz y Vida en nuestros años de destierro y penitencia o después de la procesión y la carga, compartiendo mesa y mantel. Han sido tantos los momentos, las anécdotas…todos, todos, nos quedamos hoy un poco huérfanos, con las manos vacías.

Músico, merlú, hermano de numerosas cofradías de Pasión y Gloria, cantor en distintos coros de Semana Santa, miembro del Foro Taurino de Zamora (también hizo sus pinitos en el ruedo y quiso ser novillero), pero sobre todo eterno redoblante, primero en la antigua Banda de Música del Consorcio de Fomento Musical de Zamora y después en la del Maestro Nacor Blanco, la muerte del Churri corre a estas horas como la pólvora en los dispositivos móviles de los zamoranos, que sienten que les han arrancado parte de su corazón y de su historia.

Gran aficionado a la gastronomía y excelente cocinero -llegó a ganar incluso concursos populares con sus tortillas de patata-, participó durante varios años muy activamente en la organización de las fiestas de la Virgen del Yermo de su barrio de San Lázaro, donde nació y donde ha discurrido toda su vida junto a la gran Luisa, su madre, quien también se iba el pasado año, y su padre. Pura bondad, pura bonhomía.

Familia muy querida en Zamora y estrechamente vinculada a todas sus tradiciones, la de Carlos Ramos Mediavilla es una muerte prematura y especialmente dolorosa por su tremenda simpatía y generosidad, pues de todos era amigo y a todos ayudaba en lo que podía, siempre dispuesto. Dolorosa también para quien esto escribe, amiga durante tantos y tantos años y compañera en tantas aventuras, algunas surrealistas; en las alegrías y en las penas, que de todo ha habido, de todo hemos tenido, y en todas estuviste a mi lado.

Con Churri desaparece un zamorano irrepetible por su singular personalidad y su don de gentes, con todos y para todos, siempre con un chascarrillo y una sonrisa en los labios. Una persona que no conocía la maldad y que sólo se castigaba a sí mismo, sin que nadie pudiésemos domar su espíritu libre, sin ataduras.

Nos quedan miles de recuerdos y tu amor por esta tierra y por los tuyos, que ha sido infinito hasta el último suspiro, hasta este cielo imposible y azul al que vas de vuelo.

Hoy Zamora se queda huérfana de alegría y el paraíso de los hombres buenos gana un vecino de excepción, en el cielo de los merlús y los músicos de banda, el de los zamoranos de bien y los amigos leales. Qué dolor nos dejas.

Descansa en paz, Churri. Que se abran de par en par para ti las puertas del cielo. Aquí, en la tierra, elevaremos una copa de vino de Toro a lo alto y brindaremos por tu memoria y el inmenso poso de cosas buenas que nos dejas.

Vuela, vuela, vuela querido amigo.

stats