Además de esto el estado de algunos de los animales de la finca era lamentable hasta el punto de morir uno de ellos en aquellos días por no haber recibido la atención veterinaria que precisaba. En 2015 la condena fue de ocho meses de prisión y dos años de inhabilitación para trabajar y, por tanto, comerciar con animales.
En esta ocasión la denuncia se basaba en el incumplimiento de condena que se estaba produciendo ya que el hombre continuaba vendiendo perros y burros. Una vez más la Policía Local de Zamora, con la información que DAZ le hizo llegar, realizó su trabajo y logró probar la veracidad de la información que la asociación le había trasladado.
El acusado logró un acuerdo con la Fiscalía y fue condenado a una multa de 4 euros al día durante un año.
“Queremos trasladar nuevamente la importancia de presentar las denuncias y llegar con ellas hasta las últimas consecuencias sean administrativas o judiciales. Cada sentencia condenatoria es un pequeño avance para los animales maltratados que no pueden defenderse y que gracias a estas sentencias y sanciones llegarán a sufrir menos algún día”, explican desde Defensa Animal Zamora.