El Seprona de la Guardia Civil de Zamora inició las correspondientes diligencias de investigación con la finalidad de averiguar la cantidad, especie y causas de la muerte (sacrificio de los animales o si por el contrario murieron como consecuencia de una enfermedad), así como el autor de los hechos.
Una vez abierta la “tuda” se pudo observar la existencia de al menos 10 cadáveres de animales de especie canina, los cuales fueron cuidadosamente desenterrados. Con la ayuda del lector de microchip se comprobó que dos de ellos se encontraban identificados, obteniendo los números correspondientes.
Uno de los perros identificados mediante microchip que era de raza “galgo”, tenía todavía una cuerda de color negra anudada mediante lazo corredizo al cuello, evidencia de haber muerto como consecuencia de ahorcamiento. El segundo de los animales identificados pertenecía a la raza “braco”, y tras ser observado por los Guardias Civiles se pudo comprobar la existencia de un orificio en un costado del animal.
Otro de los animales encontrados (también de raza “galgo” y sin ningún tipo de identificación), tenía alrededor del cuello una cuerda con nudo corredizo.
De las diligencias de investigación practicadas y a través de los datos aportados de la lectura de los microchip, se pudo llegar a conocer la identidad del propietario de uno de los animales identificados, procediendo a imputarle un delito de maltrato o abandono de animales domésticos, que está castigado en el vigente Código Penal, con penas de hasta un año de prisión.
Las diligencias instruidas fueron puestas a disposición del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de la Localidad de Toro, si bien se prosiguen las investigaciones para la identificación del resto de implicados.
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