Jesús Ramos: “La familia ha perdido la nave agrícola, pero salvamos las cabezas de ganado y la maquinaria”

Zamora24horas habla con Jesús Ramos, vecino de Bermillo de Alba que veía como el fuego carbonizaba una explotación agrícola y ganadera propiedad de su familia. Las llamas devoraron la instalación y una importante cantidad de forraje. Eso sí, la rápida intervención de sus familiares evitó que la maquinaria y las casi cien cabezas de ganado fuesen alcanzadas por el fuego.

El incendio de Pino del Oro continúa activo durante la mañana de este domingo. Después de los momentos de tensión que se vivieron en Bermillo de Alba ante el aviso de evacuación de la localidad, parece que la calma se instala poco a poco en el pueblo. Finalmente, el fuego no llegaba al casco urbano, aunque sí afectaba a algunas naves agrícolas y ganaderas de la zona. Entre ellas la de la familia de Jesús Ramos. “Ahora mismo estamos en la nave de mi cuñado viendo el panorama. Hay dos dotaciones de bomberos porque las llamas continúan todavía activas”, explicaba a zamora24horas Jesús Ramos este domingo al mediodía.

El propio Ramos, repasaba las últimas horas, de una actividad frenética y de muchos nervios: “El incendio se produjo sobre las doce y media del sábado. Se empezaron a ver las columnas de humo. Al principio pensamos que estaba muy distanciado del pueblo, pero una vez que iban transcurriendo las horas fuimos viendo cómo se movilizaban un gran número de efectivos contra incendios y nos pusimos en alerta todo el pueblo. A última hora, sobre las cuatro y media el fuego se aproximó al pueblo”. 

La evacuación parecía inevitable y los autobuses llegaban a la plaza del pueblo. Aunque en el último instante se decidió frenar la acción: “Al final no se evacuó, pero en principio nos dijeron que saliéramos de las casas y que fuéramos a la plaza del pueblo para que nos trasladasen al polideportivo de Muelas del Pan. Allí estuvimos mucho tiempo y cuando íbamos a marcharnos en dos autocares, nos dijeron que finalmente no hacía falta porque el fuego estaba controlado en cuanto a su entrada al casco urbano del pueblo”.

En cuanto a la pérdida de la explotación agrícola y ganadera de la familia, Jesús Ramos explicaba: “La granja de mi cuñado está todavía ardiendo. Las alpacas que estaban apiladas, que eran bastantes, siguen con las llamas. Y la estructura de la nave también está afectada. Afortunadamente pudimos sacar de aquí los tractores que teníamos y las casi cien cabezas de ganado”, zanjaba Ramos. 

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