El pasado día 11 de octubre, la Policía Nacional de Zamora procedió a la detención de T.F.R. de 26 años y de R.R.A. de 37 años de edad, como autores de un presunto delito de estafa y blanqueo de capitales. La víctima se personó en la Comisaría para denunciar a su mejor amiga y a la pareja de ésta, ya que según sus manifestaciones le habían estafado cerca de 70.000 euros bajo mentiras y engaños.
Una vez formulada la denuncia, los hechos descritos por la víctima se correspondían claramente con una de las estafas de moda en internet, conocida como 'Romance Scam' si bien en este caso no se trataba de una estafa “online”, pues la víctima no tuvo que conectarse nunca a internet para ser víctima de esta modalidad delictiva. Todo ocurrió de manera “offline” y es que en ocasiones la delincuencia conjuga lo moderno con lo más tradicional.
Las estafas bajo la modalidad del 'Romance Scam' o 'estafa romántica' tienen como víctimas tanto a hombres como mujeres. En unos casos son chicas las que enamoran a través de redes sociales, chats, foros, etc. a hombres solitarios que utilizan internet para entablar nuevas relaciones o buscar su media naranja. En el caso de las mujeres suelen ser militares americanos destinados en países en conflicto los que cautivan el corazón de las víctimas, recibiendo tan solo poemas y cartas de amor. En ambos casos, cuando se han ganado su confianza, empiezan a solicitarles dinero bajo todo tipo de excusas y motivaciones, que claro está los enamorados terminan por entregarles.
Lo que le sucedió a la joven zamorana comenzó una mañana a primeros de septiembre del pasado año, al comentarle a su amiga que había visto a un chico guapo en el portal. Ese fue el desencadenante de la historia, que como si se tratara de un guion de una película, haría que la víctima fuese envuelta en toda clase de mentiras y argucias por parte de su amiga y confidente que hizo que le entregara hasta cerca de setenta mil euros para dárselos a su enamorado, un chico que jamás llegó a ver, “porque nunca existió”, salvo en su mente y en la trama que paso a paso iba organizando la mujer a la que consideraba amiga.
Y de esta forma, la primera vez que le pidió dinero era porque el chico que le gustaba tenía problemas con la Policía y necesitaba 4.000 euros. La víctima debía prestárselos y comprar unas tarjetas telefónicas de prepago para poder comunicarse entre ellos y por supuesto que la Policía no se enterara. La víctima fue haciendo todo aquello que le recomendaba su amiga, su confidente, la persona en la que más confiaba, y sobre todo la persona que hablaba con “su chico, su guapo y joven amor”, que según le contaba su amiga, también sentía lo mismo por ella.
Todas las conversaciones que creía mantener con el joven varón fueron a través de mensajes SMS, cosa ya rara hoy en día cuando, por ejemplo, WhatsApp es una de las mayores aplicaciones de mensajería rápida. Para poder continuar con el engaño, necesitaban sus artífices que solo pudieran comunicarse por mensajes de texto y de esta forma asegurarse que no le pidiera envíos de fotografías o vídeos.
La joven, a pesar de que se iba desesperando por el hecho de no conocer a su amante en persona, continuó siendo víctima del engaño, porque su mejor y única amiga le alentaba a ello, preparando fiestas, cenas y demás para conocerse, pero que al momento de irse a celebrar se frustraban por algún acontecimiento inesperado, recibiendo como consuelo de la mano de su amiga poemas y cartas de amor, diciéndole que se los escribía él.
En otra ocasión le entregó 34.000 € que su amiga le pidió, para que se los diera a “su chico” ya que iban a operar a su madre y los necesitaba. Para conseguir esa cantidad de dinero la víctima tuvo que pedir un préstamo bancario, que además avaló con su negocio, que era todo lo que tenía para sacar adelante a su familia.
¿Que era el cumpleaños de este chico?, pues la amiga le pedía que le diera dinero para los regalos, regalos que ella misma se encargaría de comprar y hacérselos llegar. Cualquier excusa era buena para pedirle dinero, llegando la víctima incluso a entregarle las joyas de su boda.
Como la avaricia era muy grande y el guion les iba saliendo bien, no dudaron en seguir reclamándole dinero y más dinero con diferentes excusas, como 7.500 euros porque al chico le meten en la cárcel. Siempre con la coletilla final de que no tenía que preocuparse porque se lo iba a devolver todo. Otra excusa más fueron 15.000 euros urgentes ya que iban a secuestrar a los sobrinos de su enamorado, ante lo cual la víctima no teniendo más dinero y habiendo pedido recientemente un crédito personal al banco se ve obligada bajo mentiras a pedir a un prestamista particular la cantidad solicitada, que finalmente le entrega a su amiga.
Cuando la víctima ya está en la ruina, sin dinero y sin posibilidad alguna de más ingresos económicos, su joven enamorado y desconocido desaparece, y según palabras de su amiga, se ha enfadado y no quiere volver a saber de ella. Por supuesto, la relación de amistad entre las dos mujeres también se rompe al pedirle algunas explicaciones de todo lo que le ha contado hasta el momento, dejándose de hablar y dándose cuenta que todo había sido una gran mentira y un juego en el que había sucumbido sin darse cuenta y que le ha llevado a la ruina suya y la de sus hijos, quedando en una situación precaria como consecuencia de todo el dinero que le ha entregado y de las deudas contraídas, además del daño emocional sufrido.
Por parte de los investigadores del Grupo I de la Brigada Provincial de Policía Judicial de la Comisaría de Policía Nacional de Zamora, se realizó un exhaustivo análisis de los teléfonos utilizados, así como del curso de dinero que fue entregado por la víctima a su mejor amiga y a su pareja comprobando que los detenidos, habían adquirido un vehículo de alta gama, valorado en más de 34.000 euros, con todos los extras incluidos. La compra se realizó en un concesionario en Madrid, si bien fue pagado en pequeñas cantidades a través de ingresos en ventanilla en una entidad bancaria de Zamora a fin de evitar el control fiscal sobre el dinero invertido y por lo tanto sin obligación de comunicar la forma de obtención del mismo.
Una vez que se finalizaron las diligencias policiales, los detenidos, que no tenían antecedentes previos, fueron puestos a disposición judicial, donde una vez prestaron declaración quedaron en libertad con cargos, si bien la Autoridad Judicial dispuso el “decomiso” del vehículo para hacer frente a las posibles responsabilidades pecuniarias, con lo que el vehículo permanecerá intervenido y custodiado junto con las llaves y la documentación.
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