Los datos ofrecidos esta mañana por la Junta de Castilla y León vuelven a corroborar que la acción humana vuelve a ser la principal causante de los incendios que se declaran durante el tiempo estival. Así, según estos datos, la mitad de los incendios declarados en Castilla y León son incendios de carácter intencionado. Un porcentaje que es levemente superior en Zamora en los 187 fuegos que se han declarado.

Además, el otro cincuenta por ciento se dividen en el 41 por ciento por negligencia y accidentes, el 5 por ciento por causas naturales derivadas de la actividad tormentosa, y otro 2 por ciento por reproducción de un incendio inicial. El 2 por ciento restante pertenece a fuegos en los que el origen no ha podido concretarse.

Hay que recordar que la provincia de León concentra el 24 % de los incendios (351 incendios), seguida de Salamanca, Zamora, Ávila y Burgos. Además, León concentra el 34 % de la superficie forestal quemada (1.552 hectáreas) seguida de Burgos, Zamora y Salamanca. Burgos concreta el 48 % de la superficie arbolada quemada (527 hectáreas) seguida de León y Zamora.

En 2014 sólo se ha producido un ‘gran’ incendio forestal, es decir, un incendio que supere las 500 hectáreas forestales. Se trata del incendio de Mecerreyes, en Burgos, con un total de 771,71 hectáreas de las que 494,36 hectáreas constituyen superficie arbolada y el resto matorral, pasto y no forestal.

Hay que recordar que en 2013 se produjeron cinco grandes incendios forestales en las provincias de Ávila, León y Zamora, con una superficie global afectada de 5.768 hectáreas de las cuales 2.296 fueron arboladas.

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