“Muerte por sumersión vital”: el hombre cuyo cadáver se encontró en el río Tera estaba vivo al entrar en el agua
Los forenses declaran en el juicio en Zamora en el que hay tres acusados de asesinato
El juicio contra los tres acusados de asesinato de un hombre cuyo cadáver apareció en el río Tera, cerca del Lago de Sanabria en diciembre de 2019, ha continuado este miércoles con la declaración de los forenses y las pruebas periciales, siendo durante la jornada de mañana jueves cuando se procederá a tomar declaración a los acusados.
Los médicos forenses han relatado que acudieron hasta la zona donde se localizó el cadáver, destacando que observaron que estaba completamente vestido, tenía una bolsa negra hasta la cintura con una cuerda, las manos libres y cinta americana enrollada en la cabeza, así como que no había ninguna marca de lesiones ni ligaduras.
Ya en el instituto anatómico forense procedieron a realizar la autopsia del cadáver, resaltando que lo más probable es que muriera ahogado puesto que tenía gran cantidad de agua en el estómago, más de 600 centímetros cúbicos, considerando que fue una asfixia por sumersión vital, no teniendo cabida una muerte accidental.
La forense ha señalado que en ese momento sería una muerte por suicidio o por homicidio, y consideró más probable que fuera suicida al no haber lesiones ni signos de defensa, señalando, además, ante las preguntas de la fiscal sobre la posibilidad de que lo tiraran al río somnoliento tras darle ‘dormicum’, que sería perfectamente compatible.
Respecto al análisis toxicológico, los forenses han señalado que hay millares de sustancias y el análisis se centra en el habitual si no le pides algo concreto, por lo que únicamente apareció alcohol en sangre.
En este sentido, los forenses han señalado que estaba vivo y murió en el agua, así como que, aunque en el primer informe se registró que la causa probable podía ser suicidio, en el siguiente la causa es ‘indeterminada’, porque no se puede descartar que fuera homicidio.
Ante preguntas de la abogada de la defensa, los forenses han detallado además que la Guardia Civil está presente en las autopsias si hay alguna sospecha, y en esta ocasión no estaba.
En definitiva, los forenses, tras el análisis del cadáver, han señalado que fue una muerte por asfixia con penetración de agua, es decir, una sumersión vital, señalando que no estaba muerto cuando entró en el agua y se murió respirando dentro del agua.
Respecto al día de la muerte, el abanico que barajan los forenses es muy amplio, entre el 23 y el 27 de diciembre, una aproximación con errores que pueden ser de días, ya que era invierno y al estar en el agua los cadáveres se conservan mejor, avanzando la putrefacción a toda velocidad una vez que se sacan del agua. Así mismo, apreciaron lo que denominan ‘mano de lavandera’ con los dedos arrugados, blanqueamiento y la piel se suelta como un guante, una maceración que indica una larga presencia del cadáver en el agua.
El inicio de la jornada se ha demorado debido a que los abogados de la defensa solicitaron la nulidad del juicio porque consideraban que les faltaban autos del expediente, algo a lo que se ha opuesto tanto la Fiscalía como la acusación y que finalmente la juez ha desestimado, al señalar que hay una certificación de la letrada de justicia indicando que se ha entregado todo.
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