La Asociación para la Conservación y Estudio del Lobo Ibérico (Ascel) pidió a la Dirección General de Medio Ambiente que “explique las medidas reales” que la Administración autonómica tiene previsto poner en marcha para “evitar los cada vez más frecuentes casos de envenenamientos” que se detectan en Castilla y León, según expuso la organización ecologista en un comunicado.
Ascel siguió de cerca el caso de un lobo macho que apareció muerto en la provincia de Zamora y que fue recogido por el Seprona a primeros del pasado mes de enero y criticó el proceso seguido para determinar las correspondientes responsabilidades por el envenenamiento del animal, aspecto que la organización ecologista considera claro. “El contenido estomacal desprendía un olor químico muy acusado y estaba repleto de trozos de carne grasa blanquecina, posiblemente, tocino porcino, con un pequeño granulado oscuro compatible con producto químico tóxico”, dijeron los responsables de Ascel, que pidieron el informe de la necropsia. “Tres meses después de pedirlo, recibimos un informe incompleto de necropsia, confirmando que el veneno ha sido la causa de la muerte de este lobo de dos o tres años de edad y unos 30 kilos de peso”, indicaron.
De esta forma, Ascel denunció que la respuesta ante el lobo envenenado por parte de la Administración fue una notificación de que, al hallarse al norte del río Duero y considerarse especie cinegética, “se descartaba aplicar medidas especiales” de lucha contra el veneno. “En ningún momento hemos solicitado la aplicación de medidas especiales, sino un listado de las medidas que la Dirección General del Medio Ambiente aplicará en este caso. Entre dichas medidas podrían encontrarse palabras tan obvias como investigación, diálogo, lucha contra el veneno o prevención”, apuntaron.
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