Pasadas las siete de la mañana, el Cuerpo Nacional de Policía solicitaba al Servicio de Emergencias de Castilla y León que diera aviso al Sacyl para enviar personal sanitario a la calle Donantes de Sangre por la presencia de una persona tendida en el suelo que estaba inconsciente. Al llegar al lugar del incidente, los sanitarios certificaron que el individuo estaba muerto.
En el amplio operativo desplegado participaron numerosos miembros de la Policía Nacional y Policía Local. Las propias fuentes policiales aseguraron que todas las líneas de investigación estaban abiertas. Durante varios minutos, los policías estuvieron buscando algún objeto debajo de los coches y en los contenedores cercanos que pudiera indicar que se trataba de un homicidio. Y es que según trascendía más tarde, el fallecido tenía un elemento anudado al cuello, lo que podría indicar un homicidio por asfixia. De hecho, la grúa municipal también se personó en el lugar para retirar dos vehículos.
Pero a medida que pasaban las horas, tomó fuerza la hipótesis de que se trataba de una acción voluntaria del fallecido, que vivía en el séptimo piso de ese portal. Pese a todo, será la autopsia la que termine de arrojar los datos definitivos.
La situación obligó a cortar toda la calle, por lo que cientos de vecinos que paseaban por la zona a esa hora o que acudían a la estación de autobuses fueron testigos del incidente. Pasadas las diez de la mañana se procedía al levantamiento del cadáver y la funeraria trasladaba el cuerpo al depósito. Mientras, la calle permaneció cortada durante algunos minutos más y los bomberos hacían acto de presencia en torno a las diez y cuarto de la mañana para limpiar la zona.
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