Después de que algunos habitantes de la zona habían comentado en más de una ocasión el deterioro de la instalación, fue el martes cuando la presión del agua terminó por reventar la presa, dejando pasar el agua de forma atropellada y sin control.
Poco más de doce horas después, los habitantes de Villaralbo han despertado con una estampa alarmante. El caudal del río ya se ha visto rebajado en más de dos metros en menos de un día y temen que en pocas horas se queden sin esa balsa de agua. Los embarcaderos que utiliza el club de piragüismo y las embarcaciones que están amarradas a la orilla ya no reposan en agua, sino en la tierra y el lodo que ha aparecido ante el preocupante descenso del cauce.
Esta situación ha llevado a que decenas de vecinos se acerquen durante estas horas a la zona afectada y comprueben que la grieta se ha hecho más grande y que empiecen a aparecer bicicletas y reliquias de todo tipo que la gente había tirado al río hace años. La Guardia Civil se ha acercado hasta la zona y se espera también la presencia de los técnicos en próximas horas para evaluar la situación.
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