Desde que el pasado jueves multitud de caravanas, camiones, foodtrucks e incontables vehículos se dirigieran hacia la ermita de Argusino, centenares de personas celebran allí fiesta rave que por ahora, se mantiene sin atisbos de finalización.
Con organización propia de un festival, en el entorno se han instalado carpas con comida, puestos de bisutería e incluso stands para hacerse tatuajes o piercings además del escenario donde se concentran los asistentes para largas jornadas de baile.
Llegados en su mayoría de Francia, también los hay portugueses e incluso belgas.
Desde entonces, el foco de atención de las fuerzas armadas se ha puesto en la ermita de Argusino, localidad enterrada bajo el agua por la construcción del embalse de Almendra y donde permanecen varias patrullas de la Guardia Civil a unos 2 kilómetros del epicentro de la fiesta.
Al lugar, se accede por un camino de tierra en el que la Guardia Civil ha instalado un punto de control a partir del cual no se permite acceder a ningún vehículo y desde el que se registra a todos lo que deciden salir de la zona aunque, eso sí, por ahora la fiesta se mantiene y no hay atisbos de desalojo ni finalización ya que los agentes del instituto armado no tienen confirmación oficial de cuando los organizadores van a dar por concluida la fiesta.
Asimismo, es importante destacar que pese a las largas jornadas de fiesta ininterrumpida desde su llegada el pasado jueves, el entorno permanece limpio y los asistentes están preocupándose de no dejar desechos. De igual modo, se comportan de manera cívica e incluso se han instalado carteles en los que se prohíbe a los asistentes hacer cualquier tipo de fuego o pequeña fogata.