La presencia de la proteína MeCP2 es determinante en esta enfermedad, que con frecuencia y sin el tratamiento adecuado progresa hacia la cirrosis, fallo hepático o el cáncer de hígado. El estudio de Marina García Macia, actualmente en el grupo de investigación de Juan Pedro Bolaños en el Instituto de Biología Funcional y Genómica, ha sido publicado en la prestigiosa revista ‘Gastroenterology’.