Tras una semana difícil en la familia rojiblanca por la derrota ante la Arandina y las declaraciones de Carlos Tornadijo asegurando que el club ya podía ir planificando la próxima temporada, había dudas por saber de qué manera afrontaría el Zamora el encuentro de este domingo ante el Burgos Promesas. Y no solo ese, sino los diez restantes que todavía quedan para cerrar el campeonato.
Y la respuesta fue positiva en la primera mitad. El equipo de Carlos Tornadijo fue mejor que el Burgos Promesas, apenas concedió ocasiones de gol, no cometió fallos en defensa, tuvo más fútbol que otros días en la medular y la presencia de Javi Rodríguez, Dani Hernández e Iñaki Eguileor en vanguardia le dio más alternativas a la hora de triangular.
Fue una primera parte buena en juego aunque no gozase de muchas ocasiones el equipo de Tornadijo. Y eso que antes de la media hora llegaba una de las peores noticias de la mañana, la expulsión de Carlos Ramos. En menos de un minuto, Ramos veía dos amarillas: la primera por una zancadilla sin balón a un contrario y la segunda por un supuesto codazo a un rival. Expulsión, y el Zamora obligado a jugar una hora con un jugador menos.
Pese a eso, el Zamora siguió siendo dueño del encuentro, incluso con más presencia que antes de la expulsión, mientras el Burgos Promesas esperaba en su campo y trataba de pillar a los rojiblancos en una contra. Antes del descanso, el Zamora encontró el premio a esa buena imagen y Encinar conectaba un disparo desde la frontal que se colaba raso pegado al poste.
Tras el descanso, el Zamora fue a menos. Cansado por jugar con uno menos y doblar esfuerzos, y metido atrás ante el empuje del Burgos Promesas, Gallo empataba para los castellanos a los veinte minutos desde el punto de penalti. Un penalti claro cometido por Yon y que suponía el empate. Eran minutos de agobio para el Zamora. Tornadijo hacia cambios ante el cansancio de jugadores como Dani o Javi Rodríguez, y el duelo pudo caer para cualquier dado.
El Burgos Promesas dio dos palos en el tramo final, y en el último empujón del choque, el Zamora tuvo dos remates de Encinar en sendos saques de esquina y sobre todo un disparo en boca de gol de Fer. Pero el lanzamiento del mediocentro era desviado, sobre la línea, por un jugador local con el codo en una acción en la que el árbitro decidió evadirse de la responsabilidad de pitar penalti, y el cuero se iba al palo.
Con esa jugada acababan las opciones de un Zamora que mejoró su imagen, demostró que quiere acabar la temporada con honor, pero que ya acumula cinco jornadas seguidas sin conocer la victoria.
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