Final de la liga regular en el Grupo VIII de Tercera División. Final a un calvario para el Zamora y a un sueño para el Tordesillas. La última jornada en el Ruta de la Plata tuvo intensidad, tensión y nervios gracias a un Tordesillas que se plantaba en el estadio de la capital del Duero para afrontar el encuentro más importante de sus cuarenta y nueve años de historia.
Los de Santi Sedano dependían de sí mismos para clasificarse para el play off de ascenso a la Segunda División B y se notó en el ambiente. Casi quinientos seguidores del conjunto tordesillano acompañaron al equipo en el desplazamiento y animaron sin descanso desde el calentamiento. El Zamora no se jugaba nada en el envite, salvo el honor de acabar la temporada con una victoria para cerrar un tramo final de curso donde por fin se pudo ver, aunque tarde, la mejor versión del equipo en cuanto a juego y a resultados. Eso volvió a reflejarse en el duelo de este domingo.
El Tordesillas salió enchufado desde el inicio. No quería especular con otros resultados porque dependía de sí mismo y desde el principio salió a morder. Borrego adelantaba a los visitantes en el minuto cinco con un cabezazo tras aprovechar un rechace del palo. Era el 0-1 y la afición del Tordesillas soñaba con la gesta. Pero solo diez minutos después, una falta de Roberto Levas la remataba Saúl, libre de marca, en el corazón del área para reestablecer el empate. A partir de ese minuto diecisiete, las revoluciones en ambos equipos bajaron. Los dos conjuntos querían ir a por el segundo tanto aunque lo hacían con cautela para no recibir dianas.
Defensivamente, el Tordesillas mostró una fiabilidad absoluta y en ataque siempre generaba peligro con la rapidez de Oli y el saber estar de Borrego, que fue una amenaza constante para el Zamora. Mientras, los rojiblancos aguantaban sin excesivos agobios, aunque les costaba llegar con peligro a la portería de Sergio. Con ese empate a uno se llegaba al asueto.
El paso por vestuarios volvió a activar al Tordesillas, que salió enchufado. De hecho, a los seis minutos, ya se había vuelto a poner por delante. Un tanto de Simón al segundo palo, tras un gran pase de Oli en jugada individual, volvía a llevar la locura a las gradas del Tordesillas. Y otra vez ahí, los de Santi Sedano quisieron jugar a temporizar. El Zamora fue creciendo, haciéndose dueño del balón, empezando a triangular y ganando presencia en el campo. Es cierto que las ocasiones no terminaban de llegar, peros los cambios parecieron sentar mejor al Zamora.
Los minutos pasaban, el Tordesillas no tenía que mirar a otros campos y la afición animaba, sabiendo que la hombrada estaba cerca. Pero el Zamora apretaba y los de Tornadijo volvieron a perforar la portería de Sergio de la única manera posible ante una buena defensa, otra vez a balón parado. Un libre directo de Carlos Ramos en el minuto 88 significaba el empate, que dejaba al Tordesillas fuera al ir venciendo el Salmantino ante la Cebrereña en el Helmántico.
El descuento fue un intento desesperado del Tordesillas. Los de Sedano se lanzaron a tumba abierta a por el gol del premio, pero lo que se encontraron fue la sentencia del Zamora. Iñaki Eguileor culminaba una contra, hacía el 3-2 definitivo que mandaba al Tordesillas fuera del play off y permitía el pase a la fase de ascenso al Salmantino. Desolación en el bando tordesillano y sensación del trabajo bien hecho para un Zamora que termina el curso con buenas sensaciones, aunque tardías.
Ahora, y como viendo siendo rutina en las últimas semanas, el partido más importante se jugará fuera, para saber si el Zamora, como club, tiene viabilidad para cumplir cincuenta años la próxima temporada.
El Zamora termina la liga ganando y haciendo un favor al Salmantino
La escuadra de Carlos Tornadijo conseguía la victoria en un choque muy intenso en el que el Tordesillas hizo casi todo para ganar y meterse en la fase de ascenso. Pero el Zamora demostró también que ha terminado el campeonato en un buen momento de juego y resultados. Con 1-2 en el marcador y a falta de dos minutos para el final, un tanto de falta directa de Carlos Ramos y otro más de Iñaki Eguileor rompían la esperanza del Tordesillas con el 3-2 y metía al Salmantino en la fase de ascenso a la categoría de bronce del fútbol español.
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