La entrada del grupo inversor en el Zamora no supondría la inminente salida de la actual directiva

La intención primigenia de ambas partes es que mientras se desarrolla el proceso de conversión a Sociedad Anónima Deportiva, aunque el grupo inversor sea el brazo gestor del club, la actual directiva siga desempeñando las labores de representación y también sea garante de que los acuerdos que se pacten se vayan cumpliendo. Una vez que la SAD sea una realidad, ahí sí el cambio de modelo obligará a la constitución de un consejo de administración.

 Aldama didia plaza
Aldama didia plaza

Cuando los socios del Zamora Club de Fútbol ratifiquen el próximo 22 de junio la entrada del Grupo Vivir como principal responsable de la entidad, el cambio no será inminente. Y es que los trámites para la conversión en Sociedad Anónima Deportiva se extenderán durante varios meses y podrían culminar en el tramo final del primer trimestre del próximo año.

Hasta entonces, y según las intenciones de ambas partes, es que la actual junta directiva del Zamora se mantenga en el cargo. Lo cierto es que el brazo gestor y ejecutor será el del Grupo Vivir, una vez que se formalicen todos los acuerdos previos, pero la junta directiva actual, no se sabe si al completo o una parte, seguirá siendo junta directiva hasta que culmine el proceso de transformación a SAD. Lo que pretende el grupo inversor madrileño es hacer las cosas bien y que la transición sea tranquila y natural.

El objetivo de su continuidad es la de cumplir el cometido que estipulen los nuevos estatutos que se aprueben y tratar de ser garantes de que se cumplen de manera escrupulosa los acuerdos pactados durante los próximos días y que deberán ser aprobados por los socios de número el próximo 22 de junio.

Se trata de una situación que ya explicó Alfredo Ruiz Plaza, del Grupo Vivir, en la presentación de la propuesta, donde explicó que la directiva actual y el comité de dirección que se forme “irán de la mano” en el proceso que desembocará en la formación de la Sociedad Anónima Deportiva. No obstante, se trata de un extremo que aunque apalabrado al inicio, no se podrá confirmar al cien por cien hasta que quede reflejado y fimado en el documento de 'mínimos' en el que trabajan los abogados de ambas partes en estos días.

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