La potente sequía del pasado 2017 sitúo el pasado año como uno de los más devastadores en materia de incendio. Desde enero del pasado año hasta julio se contabilizaron 6.536 siniestros relaciones con el fuego mientras que en el mismo periodo ese dato se sitúa en 3.128. Tal y como recogen los datos del Ministerio, el número de incendios se ha reducido a la mitad respecto al pasado año.
Las superficies más afectadas en lo que va de 2018 han las superficies forestales no arboladas. También en este punto, como consecuencia de la disminución de incendios, la superficie afectada hasta el ocho de julio se encuentra muy por debajo del pasado 2017. Tal y como muestra, por ejemplo, la superficie abrasada de matorral y monte abierto con 27.738,28 hectáreas afectadas en 2017 frente a las 6.880,06 de 2018.
Pese a la disminución de siniestros, pasando de seis incendios importantes a uno, la zona que sigue siendo ás afectada por el fuego es el noroeste peninsular que, atendiendo a los datos del Ministerio corresponde a Galicia, Asturias, Cantabria y País Vasco y las provincias de León y Zamora.
El verano aún no terminado y los datos se prevé que varíen debido al incremento de sucesos de este tipo en esta fechas pero todo apunta, a que el verano de 2018 será mucho más positivo en materia de incendios que el negro balance que existió el pasado años.
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