Castro muestra su preocupación ante la sentencia que impide el control de población del lobo

La sentencia impide que la Junta de Castilla y León pueda realizar un control poblacional del lobo, como especie cinegética al norte del Duero y con cupos en el sur. Esta situación ha llevado a los ganaderos a reflejar su preocupación ante los daños que puede generar la población del lobo si durante toda una temporada no se levanta la veda al norte del Duero.

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El consejero de Fomento y Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, presidía en las últimas horas la reunión de la Mesa del Lobo, en la que se presentaba el balance de 2017 y los planes de actuación previstos para el año próximo. La Memoria Anual constata el constante incremento de los ataques de lobo en la Comunidad, con especial incidencia al sur del Duero, donde la especie goza de estricta protección, situación que se ha visto agudizada en el primer semestre de 2018 con un aumento de los ataques en esta zona de protección de un 72 %.

En este sentido, este viernes el delegado territorial de la Junta en Zamora, Alberto Castro, reconocía que los daños están creciendo, pero argumentaba que la Junta no puede hacer nada: “Debemos respetar las decisiones y sentencias judiciales y ahora mismo no se puede abrir la veda al norte del Duero por sentencia judicial. Es cierto que es una situación complicada porque la Junta siempre ha llevado bien esa dicotomía entre la pervivencia del lobo y los intereses de los ganaderos, pero con esta sentencia no se puede hacer nada, solo acatarla”, comentaba Castro, que aseguraba que los servicios jurídicos están trabajando en ella.

Y es que hay que recordar que hasta ahora la caza al sur del Duero estaba controlada con cupos, que cumplía escrupulosamente la Junta, pero al norte era especie cinegética y por tanto con cierta libertad para poder abatir lobos dentro de los periodos estipulados. Pero ahora, la sentencia del TSJ impide que se pueda cazar esta especie al norte del Duero, por lo que el control de la población se hace imposible, con el riesgo que eso supone para los ganaderos.

“No tiene fácil solución. Entendemos a los ganaderos que al norte del Duero nos argumentan que ahí no se trata de una especie protegida porque hay una población estabilizada. Efectivamente los técnicos hablan de que en esa zona no hay riesgo de extinción en ningún caso. Pero debemos respetar la sentencia judicial”, reconocía Alberto Castro, que se mostraba preocupado por ese aumento de daños por ataques de lobos como se desprendía de la reunión de la Mesa del Lobo en las últimas horas.

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