Movilla diseñó un Zamora ‘mutante’ para ganar a la Arandina

El entrenador vasco apostó por dos variantes del sistema en función de si el equipo defendía o atacaba. Además, el Zamora estuvo mucho más junto en el campo, lo que permitió que los esfuerzos de los jugadores fueran más efectivos.Con el triunfo, los rojiblancos son cuartos, a tres puntos del líder, la Gimnástica Segoviana.

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El Zamora CF vencía este domingo a la Arandina en el Ruta de la Plata y ya son cuartos, en play off, a tres puntos del líder, la Gimnástica Segoviana. Los rojiblancos llevan dos triunfos en dos partidos con el nuevo entrenador y David Movilla ya está mostrando los recursos que posee como entrenador.

En la presentación ya advirtió que no es un técnico amigo de los esquemas encorsetados, que le gusta variar durante los encuentros y que no es fiel a un sistema concreto. Explicaba que se adapta a su equipo y sobre todo a lo que el cuerpo técnico entiende que pueden ser las debilidades y las fortalezas del rival. En definitiva, primero medita cómo ganar al rival y luego elige los jugadores que mejor pueden ejecutar el plan.

En este sentido, ante la Arandina, el Zamora fue un equipo ‘mutante’ que jugó de una forma cuando tenía el balón y de otra cuando carecía de él. Algo que es cada vez más usual en el fútbol moderno. Así, en labores defensivas, los rojiblancos defendían con un esquema que se aproximaba a un clásico 4-4-2. Los dos hombres de arriba, Sergio y David Álvarez, trataban de no dejar sacar el balón jugado cómodo al rival y sobre todo taponar los desplazamientos de balón. Y es que la Arandina tiene entre sus fortalezas el desplazamiento en largo para primeras y segundas jugadas con futbolistas que se desenvuelven bien en ese escenario como Borja Rubiato. Carlos Ramos jugaba de interior zurdo, Juanan y Fer en el centro y Garban en la derecha. Todos ayudando a la línea defensiva.

Así, con ese sistema y jugando con las líneas muy juntas, el equipo apenas dejó huecos y obligó al rival a irse casi constantemente a los costados. Un equipo más junto y esfuerzos más cortos y efectivos.

Mientras, en ataque, el sistema mutaba a un 3-5-2, con Chete que se quedaba cerrando con Asiel y Alcañiz, la incorporación de Coque al extremo zurdo, la entrada de Carlos Ramos al medio para jugar con libertad junto a Fer y Juanan, y Garban en la otra banda. David quedaba de enganche y Sergio algo más descolgado arriba para tratar de encontrar los huecos a la espalda de la defensa. La parte de creación fue en la que más lagunas tuvo el Zamora, todavía necesitado de muchas sesiones con el nuevo técnico. De hecho, la diana llegó a balón parado, porque en jugada elaborada apenas se crearon ocasiones.

Ya en la segunda parte, con la salida de Chete, el Zamora pasó a una línea de tres centrales con Asiel, Alcañiz y Raúl Álvarez, jugando Garban y Coque de carrileros, ayudando en defensa como laterales para acumular gente en las acciones de mucha posesión rival.

En definitiva, un baile de sistemas o de variantes de un sistema que ayudaron a que el Zamora mantuviera a raya a un equipo como la Arandina, asentando el triunfo en el trabajo defensivo y en unas líneas muy juntas que permitieron a los jugadores realizar esfuerzos más cortos pero más intensos y efectivos. Y lo principal, sirvió para sumar tres puntos que dejan al Zamora cuarto, a tres puntos del líder, la Gimnástica Segoviana.

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