El CB Zamora sigue liderando la LEB Plata tras su triunfo ante Marín

Los zamoranos estuvieron más acertados en los minutos finales tras un encuentro muy igualado que empezó a pocos puntos y que terminó alocándose en los dos últimos parciales (70-65).

 Iza en un partido con el CB Zamora
Iza en un partido con el CB Zamora

El Ángel Nieto acogía un duelo de altura entre dos equipos que formaban parte del empate en la cabeza y anhelaban un triunfo para destacarse y subir un peldaño en la lucha por pasar el corte y llegar con buen balance a ese tramo decisivo del campeonato. Esa tensión y responsabilidad se notó sobremanera en los primeros minutos en el Marín Ence Peixe Galego que encajó un parcial de 6-0 en los primeros compases del duelo, permitiendo canastas fáciles a la escuadra de Saulo Hernández. Pero esos primeros seis puntos iniciales fueron un espejismo, ya que lo que esperaba por delante era un primer tiempo cerrado, a pocos puntos, con las defensas muy aplicadas y con un acierto en el tiro paupérrimo en ambas escuadras. El duelo transcurría en un ritmo lento, que era lo que, en principio, buscaba el CB Zamora.

Un triple de Jacobo le daba los primeros puntos a los gallegos. Una canasta más de Orellano ponía un 13-5 en el marcador cuando apenas restaban dos minutos para el final de los primeros diez minutos. Llorente solicitaba tiempo muerto para intentar serenar a los suyos en un duelo con una puntuación bajísima. Los dos equipos apretaban mucho en la pintura, presionaban cada ataque del rival y dejaban relativamente liberadas las opciones de tres puntos. Pero ninguna de las dos escuadras se mostró acertada en el tiro. Eso hizo que el duelo se fuera 14-10 al final del primer parcial.

Tras el primer parón, el decorado cambió poco. Los dos equipos seguían rozando el límite en cada acción defensiva, ante una pareja arbitral que permitía mucho contacto en cada zona. El CB Zamora mantenía su ritmo cansino, ataques muy largos, sistemas jugados hasta el extremo y lanzamientos apurados que casi nunca acababan en canasta ante la buena defensa gallega. Por su parte, los pupilos de Llorente empezaron a encontrar un salvavidas en su juego. Un salvavidas llamado Orellano. El exterior se echó el equipo a la espalda y comenzó a asumir tiros de responsabilidad. El equipo le buscaba y él respondía con siete tantos de los catorce logrados por su equipo en ese parcial. Además, Vashil se hacía enorme en la pintura en defensa, lo que resultaba clave para evitar segundas opciones de la escuadra local.

Se llegaba al descaso con un parcial más propio de un solo cuarto que de una parte completa. El 25-24 al asueto era el reflejo del ritmo lento que intentaba imponer el CB Zamora Queso Zamorano y a la vez dejaba patente la tarde nefasta de los equipos en el tiro. El paso por vestuarios pareció activar a los jugadores. Los dos equipos salieron mucho más enchufados en la ofensiva y los lanzamientos ya entraban con mayor facilidad.

En cuanto las defensas se relajaron se produjo una hemorragia de puntos, principalmente aportada por los exteriores de ambos equipos (Jordan y Hassan en Marín y Libroia y Warren en el CB Zamora), que ya no solo amenazaban con penetraciones sino que empezaban a acertar con el lanzamiento exterior. En ese intercambio de canastas salió ganando Marín, que consiguió la mayor renta hasta entonces (42-47 min.28). Saulo Hernández se vio obligado a solicitar un tiempo muerto, ya que en cuanto el choque se salió de ese ritmo pausado y controlado, su equipo perdió opciones. Ese parón ayudó a taponar la herida y llegar al final del tercer cuarto con un igualado 48-51.

Un parcial de 7-0 de inicio volvía a poner por delante al CB Zamora (55-51) en los primeros instantes del cuarto decisivo. Los primeros cinco minutos de este tramo de choque fueron locos, repletos de intensidad, acciones rápidas y con alternancia en el acierto. El duelo no se rompía y Llorente paraba el partido con 59-55 a falta de cinco minutos para el descanso. La jugada estudiada salía a la perfección y Jordan recortaba al 59-58 con el que se entraba en los últimos cuatro minutos. Eran 240 segundos en donde la clave estaría en saber templar los nervios. Y ahí Zamora, apoyado en su hinchada, supo leer mejor sus ventajas en los jugadores exteriores y acabar ganando por 70-65.

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