El orden del día del Pleno del mes de febrero llevaba entre sus puntos la modificación de crédito que permitiría el pago de las subvenciones nominativas a las asociaciones vecinales en función de la prórroga del presupuesto del pasado año con los propios vecinos como testigos de la sesión plenaria. Una aparición a la espera de conocer el futuro de dicha subvención a invertir en las diferentes asociaciones de la capital.
Pero, los vecinos no solo iban a ser protagonistas en el texto del orden del día, su presencia en el salón de plenos se justificaba con la intención de tomar la palabra en la sesión. Una intervención que no llegó a materializarse puesto que el Alcalde, responsable de admitirla o no por no haber sido solicitada con anterioridad, estimó que no “era el momento”.
Una negativa que encendió la bancada vecinal quienes comenzaron a gritar diferentes descalificativos al propio Alcalde, así como a la concejala de Barrios, Laura Rivera. Pero el enfado se acrecentó, puesto que la máxima preocupación de los vecinos no era conocer el futuro de las subvenciones sino conseguir audiencia con el Ayuntamiento, tras haber solicitado una reunión el pasado 4 de febrero, tal y como destacó el presidente de Faveza, Artemio Pérez.
Los vecinos abandonaban entre gritos el salón consistorial reclamando una vez más una reunión y alegando la “ausencia de la concejala de Barrios, desde hace mucho tiempo”. Palabras que negó la propia concejala aún presente tratando de calmar los ánimos recordándoles todas las reuniones ya mantenidas hasta el momento.
Este fue el fin de un Pleno, marcado por una “campaña electoral” ya iniciada, en palabras del propio Francisco Guarido “tiempo en el que interesa más prepararse de cara a los comicios que preocuparse de verdad por el futuro de la ciudad”.
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