"No podemos estar solo satisfechos con un seminario menor que merece la pena, del que yo doy gracias a Dios y a todos los que trabajáis en él, lo mismo sacerdotes que laicos", indicó D. Gregorio Martínez apelando al seminario que imparte clase en Zamora. Nuestro objetivo es también el Seminario Mayor, ubicado en Salamanca, que debe crecer si la diócesis quiere tener futuro.
Agradeció a todas las familias que han traído a sus hijos al Seminario y les pidió que colaborasen con los formadores para el desarrollo de sus tareas educativas. "Ojalá que algunos de los que estáis aquí puedan ser llamados por Dios". En un contexto de secularización, todo lo religioso se pone a un lado, pero el Obispo quiso desmontar esa inercia y manifestar lo contrario, que Dios sigue mereciendo la pena y dando sentido pleno a quienes se fían de Él y son llamados al ministerio sacerdotal.
Terminó diciendo que "quiera Dios que el año que viene que tengamos más seminaristas", invitando a que todos tenemos que intentarlo. "Rezad a Dios, que él es el que suscita las vocaciones, pero acompañad, sembrad y algún día recogeremos el fruto y sentíos orgullosos de que vuestros hijos estén en esta casa", finalizaba el prelado en una celebración que además también sirvió para dar por finalizado el triduo de la Hermandad Penitencial del Espíritu Santo, que durante estos días ha trasladado sus actos a la iglesia de San Andrés.
El Obispo, en la eucaristía del Día del Seminario: “Sentíos orgullosos de que vuestros hijos estén en esta casa”
Gregorio Martínez, Obispo de la diócesis, en la eucaristía celebrada este domingo en la iglesia de San Andrés, ha querido significar la importancia del Día del Seminario invitando a todos a considerar como un tema propio y urgente la promoción de las vocaciones. En la Iglesia, indicó el Obispo, todos debemos proponer, acompañar, ofrecer, insistir, estar con los jóvenes, para que descubran su verdadera vocación.
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