Un estudio revela que 9 de cada 10 calcetines para bebés contienen restos de bisfenol A y parabenos

El estudio realizado por la Universidad de Granada y el Hospital Clínico San Cecilio han llevado a cabo estudio que afirma que los textiles pueden ser fuente de exposición a contaminantes químicos disruptores endocrinos. Propone una campaña informativa dirigida a padres, formar a sanitarios y advertir a los productores e importadores.

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Una investigación realizada por científicos de la Universidad de Granada y el Hospital Clínico San Cecilio ha determinado que 9 de cada 10 calcetines para bebés de 0 a 4 años contienen restos de bisfenol A y parabenos, dos disruptores endocrinos cuyas actividades hormonales están relacionadas con disfunciones que conducen a enfermedad tanto en el niño como en adultos.

Por lo tanto, este trabajo científico, el primero de estas características en Europa, revela que “los textiles pueden ser fuente de exposición a contaminantes químicos disruptores endocrinos, una situación especialmente preocupante cuando se trata de la exposición de niños de corta edad”, según exponen desde la Universidad de Granada.

Además, los investigadores han hallado “importantes diferencias en la cantidad del producto tóxico detectada según el comercio donde se adquieren los calcetines”. Así, “los comprados en tiendas de bajo precio contienen una cantidad de bisfenol-A 25 veces superior a la encontrada en los de franquicias y de marcas exclusivas”, según este estudio, en el que también han participado el 'ibs.Granada', y el Ciber de Epidemiología y Salud Pública.

De esta manera, en el trabajo se analizaron muestras de 32 pares de calcetines para niños de entre 1 y 48 meses que fueron comprados en tres comercios locales distintos, clasificados según el precio de sus artículos, tiendas de ropa de bajo precio, franquicias y marcas exclusivas.

Los investigadores granadinos han estudiado, mediante sofisticadas técnicas de química analítica y complejos tests biológicos que cuantifican la actividad hormonal, la presencia del componente del plástico bisfenol-A y de los preservantes de la contaminación conocidos como parabenos.

Los resultados obtenidos en esta investigación muestra que “las concentraciones encontradas en los calcetines de la tienda de bajo precio alcanzaron un máximo de 3.736 ng de bisfenol-A por gramo de calcetín, lo que significa una media de bisfenol-A algo más de 25 veces superior a la encontrada en los calcetines de franquicias y de marcas exclusivas”.

Además, “los parabenos se encontraron en la totalidad de los calcetines estudiados”. “Como era de esperar por su alto contenido en bisfenol-A y la presencia de los parabenos, dos de cada diez calcetines del comercio de bajo precio presentaron actividad hormonal estrogénica, y uno de cada tres del mismo establecimiento presentó actividad antiandrogénica en los tests biológicos adecuados”.

Es decir, “los extractos de esas prendas textiles se comportan como la hormona femenina y antagonizan a las hormonas masculinas. Debido a esta actividad hormonal, bisfenoles y parabenos son disruptores endocrinos y sus actividades hormonales están relacionadas con disfunciones que conducen a enfermedad tanto en el niño como en adulto”.

El espectro de enfermedades asociadas a la exposición a disruptores endocrinos “es amplio y cubre desde déficits de atención e hiperactividad, alteraciones genitourinarias, desarrollo sexual secundario prematuro y obesidad en los niños a hipotiroidismo, a infertilidad, diabetes y cánceres hormono-dependientes, como el de mama, en adultos”.

Por lo tanto, los investigadores han estimado “el riesgo de exposición de los bebés y los niños, a través de la piel, para cada uno de los compuestos químicos utilizando algoritmos complejos”.

De esta manera, la interpretación no es sencilla, ya que “hay un gran desconocimiento de cómo y cuánto puede absorberse por la piel o cuánto puede liberarse durante el lavado con la consecuente contaminación del agua y del resto de la ropita del bebé”.

Sin embargo, lo que más llama la atención a los investigadores es “la posible exposición por vía digestiva de estos compuestos químicos contenidos en la ropa, dada la facilidad con la que los bebes chupan sus propios pies y sus calcetines”.

Por esta razón, el grupo de investigación ha añadido un eslogan más a su campaña de sensibilización de la población frente a la exposición a disruptores endocrinos con una recomendación a los padres: '¡no te comas los calcetines!'.

Campaña informativa

El grupo de investigación de la Universidad de Granada se propone “informar a los padres, formar a los sanitarios para que den recomendaciones oportunas, advertir a los productores e importadores sobre la calidad de sus productos y sensibilizar a la administración nacional y europea para que tomen cartas en el asunto”.

Este trabajo ha sido coordinado por Nicolás Olea, médico en el Hospital Clínico San Cecilio, responsable del grupo de investigación de Oncología Básica y Clínica del 'iBS. Granada' y catedrático del Departamento de Radiología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Granada.

El grupo interdisciplinar que dirige el profesor Olea, integrado por investigadores clínicos y básicos, continúa en su búsqueda de “nuevas fuentes de exposición humana a compuestos químicos que modifican el equilibrio hormonal, suplantando o hackeando la señal que las hormonas transmiten a los diferentes órganos y sistemas y que son conocidos como disruptores endocrinos”.

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