Con motivo del Día Mundial en recuerdo de las víctimas de accidentes de tráfico, Zamora acogió una marcha en silencio que comenzó a las 10.30 horas en la plaza de la Catedral y que recorrió las antiguas calles de la capital.
El acto comenzó con la lectura de un manifiesto y la intervención de diferentes autoridades y representantes de diferentes colectivos de seguridad vial de nivel nacional. Desde la organización recordaron que este acto es “un homenaje a todas esas personas que prematuramente dejaron su vida en el asfalto”, así como para rendir homenaje “a las personas que se salvaron de la muerto pero su forma de vida cambió para siempre”.
Asimismo, pidieron poner fin a un problema “que arrebata la vida” de personas “que nunca jamás tuvieron un segundo para despedirse de sus seres queridos”. Por último, puntualizaron que esto es “una lacra que a nuestra provincia zamorana le afecta de lleno”.
Por su parte, el subdelegado del Gobierno en Zamora, Ángel Blanco, recordó que “la vida no es un accesorio del coche” y que el mensaje es “recordar, reflexionar, recordar y responder”.
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