Exigen a Interior material de protección ante la llegada de presos de permiso y la suspensión de todas las comunicaciones

Las cárceles registran ya al menos 164 internos y medio centenar de funcionarios en aislamiento, pero aún no llega material de protección ni protocolos.

 Torre carcel topas
Torre carcel topas

La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF), sindicato más representativo en las administraciones públicas, exige al Ministerio de Interior que garantice de una vez material de protección y dotación de personal médico en todas las prisiones españolas.

El último contagio se ha localizado en Melilla. Se trata de un jefe de servicios, En este mismo centro han enviado a su domicilio a otros 12 trabajadores en cuarentena. Hasta el momento se han contabilizado 164 internos y medio centenar de funcionarios aislados, a la espera de conocer una cifra oficial de positivos.

Este 15 de marzo se ha producido la primera protesta por parte de internos en la prisión de Fontcalent (Alicante) ante la falta de información y medidas de protección ante el coronavirus. Afortunadamente, el suceso ha sido controlado por los funcionarios –los presos se negaban a subir a sus celdas y prendieron una hoguera en el patio--, sin que haya habido heridos.

Por otra parte, Interior, como uno de los departamentos de máxima responsabilidad en la ejecución del decreto aprobado ayer, debe trasladar a Instituciones Penitenciarias la suspensión inmediata de las comunicaciones a través de mamparas en todos los centros penitenciarios (los vis a vis ya están suspendidos). En las próximas horas, hay que tener en cuenta que llegarán a las cárceles numerosos internos que han pasado el fin de semana de permiso y que obviamente han estado en contacto con el exterior, con posibilidad de haber estado expuestos.

En este sentido, se debe de habilitar espacio suficiente en el interior de las prisiones para situaciones de aislamiento. Por ello, consideramos que se deben decretar 14 días de cuarentena a todos los ingresos.

En los centros donde todavía hay comunicaciones los familiares y conocidos se agolpan en las salas de espera, con el riesgo que ello supone.

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