El coronavirus como compañero de viaje, así es el día a día de los taxistas zamoranos en estado de alerta

El estado de alarma ha dejado ver a los imprenscindibles de esta crisis sanitaria. Entre ellos, los taxitas que viven estos días la bajada de bandera a la incertidumbre. 

 Un taxista zamorano con mascarilla
Un taxista zamorano con mascarilla

Desde que el Gobierno de España activase el pasado domingo el estado de alerta, son muchos los que se han convertido en imprescindibles para que la vida pueda seguir adelante en todo el país. Entre ellos se encuentran los taxistas, un colectivo que en Zamora ha visto su recaudación mermada al 70% y pese al descenso de clientes, siguen saliendo a las calles para dar servicio a quien lo necesite.

El trabajo de los taxistas en Zamora sigue su curso, como en el caso de José Ángel Angélico que en los últimos días tiene un nuevo compañero de viaje: el coronavirus. Al igual que el resto de sus compañeros del '630' ha tenido que asistir a los cambios de rutina para salvaguardar su propia seguridad como la de los clientes que hacen uso de su servicio.

"Desde un primer momento nos pidieron que desinfectáramos los coches, algo que ya hacíamos como vehículo público. Ahora la frecuencia es hacerlo dos o tres veces al día y después de casa servicio. En nuestros descansos nos dedicamos a la limpieza minuciosa del vehículo", nos relataba Angélico mientras se ponía los guantes en uno de sus descansos para comenzar con la desinfección.

En los puntos en los que se pone más atención son todos aquellos que toca la gente, pero el miedo no solo es contagiarse ellos mismos, si no poder afectar ellos a otras personas. "Mi miedo ya no es solo contagiarme, si no poder contagiar a una persona mayor, que son nuestros potenciales clientes, y que ellos sean los grandes perjudicados".

Por ello, cada vez que concluye un servicio, en el que ha podido intervenir el intercambio de dinero "hay que limpiar todo lo que hayas tocado: el volante, la palanca de cambios, el taxímetro...toda precaución es poca" aseguraba José Ángel al tiempo que ponía de manifiesto "que todas las medidas son buenas siempre cuando se sepan poner en práctica".
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Aunque la incertidumbre de Angélico, al igual que el resto de conductores, también afecta a su vida familiar. Él, al llegar a casa, se encuentra con sus dos hijos pequeños y su mujer "y también se extreman las medidas” puesto que: “aunque digan que a los niños no les afecta, no sabes muy bien a los que te estás enfrentando”.

Una incertidumbre que comparten sus compañeros que han decido no bajar bandera en este periodo por tener familiares con estados delicados de salud para los que contraer este virus sería de una gravedad mayor. El sector del taxi en Zamora, afronta ahora pérdidas de hasta el 70% que se incrementa en las recaudaciones del fin de semana.

Pese a ello, los trabajadores mantienen el mensaje de la "responsabilidad social, para que esto dure lo menos posible, y sea lo menos perjudicial para todos", concluía José Ángel Angélico, antes de seguir con sus labores de desinfección esperando a su siguiente servicio.

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