Los bomberos de Zamora se adaptan al nuevo escenario del COVID-19

El parque de bomberos de la capital lleva semanas preparándose para desarrollar su trabajo en un nuevo entorno creado por el coronavirus. Si bien es cierto que su entrenamiento y formación poseen aspectos relacionados con mercancías peligrosas que cuentan con protocolos similares, se han adaptado especificaciones nuevas, principalmente en el parque.

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Son muchos los colectivos esenciales que día tras día se enfrentan al coronavirus en diferentes líneas de batalla. Desde la rama sanitaria, pasando por productores, transportistas y vendedores de alimentación, y llegando a los servicios de emergencia. En este bloque se encuentran los bomberos, un colectivo con una capacidad camaleónica gracias a su formación y a su entrenamiento que le hacen estar preparados para afrontar situaciones de naturaleza dispar.

En las últimas tres semanas se ha reducido de manera drástica el número de intervenciones relacionadas con incendios o con accidentes y han proliferado de manera abrumadora las llamadas por incidentes sanitarios en viviendas como tropiezos o caídas, además de llamadas de vecinos preocupados porque algún ciudadano no responde a las llamadas. Y todo con el telón de fondo del coronavirus, que obliga a implementar una serie de protocolos básicos de seguridad, tanto por los bomberos como por las personas asistidas por este servicio.

José Luis Borrego cumple este mes de abril tres años en el puesto de jefe de bomberos. Un puesto en el que relavaba a Herminio Ramos. Borrego reconoce a zamora24horas que la coordinación de todos los parques de la comunidad fue clave para adelantarse a los acontecimientos: “Los jefes de bomberos de la comunidad estamos en permanente contacto y cuando vimos acercarse el problema empezamos a preparar los procedimientos necesarios para minimizar al máximo los riesgos que podrían afectar a un servicio esencial”, reconoce.

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Las medidas implementadas van en dos direcciones principalmente, una destinada a la convivencia de los bomberos en su centro de trabajo y otra a las intervenciones que se realizan en la calle. Sobre el protocolo en el parque, Borrego explica que es obligatoria la desinfección de vehículos, instalaciones o equipos de transmisión en la salida y entrada de los turnos “ya que ese material va pasar por muchas manos”. Una desinfección a mayores del servicio de limpieza que hay en el parque cada mañana.

Igualmente, también se reduce al máximo posible el contacto entre los trabajadores. Actualmente están disponibles tres turnos de 10 bomberos y dos turnos de 11 bomberos. Esos cinco turnos son los que se van rotando en los servicios pero en ningún caso hay contacto entre turnos. No hay permisos y no hay posibilidad de cambios de turnos. Todo ha quedado anulado. Además, se han tomado medidas como limitar a dos los trabajadores que se cambian en el vestuario, a cuatro las personas que están en la sala de estar para comer, y se ha habilitado el aula de formación como dormitorio provisional para tener varios espacios para el descanso. Las condiciones del parque de bomberos son las que son, de ahí que no esté preparado para este tipo de situaciones y haya que buscar alternativas. “Lo que se busca con todo esto es que los turnos sean asépticos, estancos, de esa forma si hay algún infectado que afecte lo menos posible al servicio”, reconoce Borrego.

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En cuanto a los cambios y protocolos en las intervenciones, el jefe de bomberos explica que la formación del cuerpo está encaminada a muchos problemas que surjan y en el caso concreto del coronavirus muchos de los protocolos son similares a los utilizados, salvando las distancias, en intervenciones con mercancías peligrosas. “Tenemos un vehículo equipado al que llamamos ‘la COVID-19’ y en esa furgoneta tenemos preparado el material de equipamiento, trajes de intervención para temas biológicos, mascarillas, material desinfectante, diferentes soluciones, mochilas…”, enumera José Luis Borrego.

Además, los bomberos comparten en las intervenciones protocolos con la Policía en los casos más demandados estos días y anteriormente citados, la intervención en domicilios por temas sanitarios de caídas o desvanecimientos. “Ante cualquier sospecha nosotros vamos equipados. No se trata de alarmar a la población, sino de prevenir porque nunca sabes qué vas a encontrarte al cruzar una puerta. Por eso, desde el inicio de esta crisis, siempre que hacemos un servicio en el que existe la más mínima sospecha vamos equipados con estos elementos. Además, siempre llevamos equipamiento para la Policía, por si tuviera que intervenir, ya que ellos tienen menos medios”, afirma el jefe de bomberos de Zamora.

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En este sentido, la forma de proceder está clara. Dos de los bomberos que acuden a la llamada llevan los equipos especiales antisalpicaduras. Uno de ellos entra primero a la vivienda y el segundo permanece fuera, a la espera de si su entrada es necesaria. En caso de que la intervención requiera la entrada a la vivienda de un policía, ya sea Local o Nacional, se le deja un equipo para que pueda acceder con total seguridad. Una vez finalizada la intervención, el ritual para desinfectar los equipos debe ser lento y minucioso.

“Siempre que se pueda, la orden es desinfectar todo el material in situ, porque así se evita contaminar el vehículo. Otra cosa es que por premura haya que meter todo en el vehículo y desinfectar todo en el parque, pero por lo general en estos casos siempre descontaminamos in situ. Se prepara una zona junto a la furgoneta que llamamos COVID-19 y se procede a la desinfección de todas las herramientas utilizadas y de los equipos”, agrega José Luis Borrego.

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Sobre el abastecimiento de los equipos de protección, el jefe de bomberos reconoce que en el caso del parque de la capital contaban ya con todo el material, al utilizarse para otros trabajos. Había en stock mascarillas FPP2, que son las que se utilizan para fuegos forestales, las FPP1, para accidentes de tráfico, trajes para diferentes intervenciones en función de lo que se necesite, tanto desechables como reutilizables… Precisamente estos trajes reutilizables son los que se desinfectan in situ tras la intervención: “Primero se rocía una solución desinfectante, el bombero se abre con brazos en cruz, se deja que la solución actúe unos minutos y después se da con agua y jabón. Se secan y ya están listos para usar de nuevo”, comenta Borrego

Por último, el jefe de bomberos de Zamora cree que este colectivo ha ido “un paso por delante de los demás servicios”, tanto en equipamiento “porque contábamos con él”, como en protocolos, “porque luchamos contra algo que se adapta a situaciones a las que ya estamos familiarizados”, finaliza.

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