Hacía décadas que la Semana Santa de Zamora no contaba con sus reconocidos desfiles procesionales. Desde la Segunda República, y por razones completamente diferentes a las actuales, no fallaba el evento más importante para la provincia a lo largo del año.
De ahí el impacto que ha supuesto para los semanasanteros la suspensión de esta celebración. Impacto que, sin embargo, ha sido entendido por todos ante la situación que atraviesa el planeta con una crisis sanitaria sin precedentes en la época reciente.
Pero los zamoranos se resisten a no recordar estos días tan señalados. Así, durante estos días, en los hogares zamoranos se preparan o se compran aceitadas, rebojos, magdalenas, almendras garrapiñadas, se prepararán las sopas de ajo, se seguirán las procesiones de otros años a través de vídeos en internet, se escucharán listas de reproducción con las canciones de la Pasión… Pero también hay quien va un paso más allá.
Ese es el caso de una familia de la calle Valderrey en el barrio de San Lázaro que ha decidido reproducir en tamaño ‘mini’ todos lo reposteros de las cofradías que desfilan en la Semana Santa de Zamora para colgarlos en el balcón, emulando a lo que ocurre en el Ayuntamiento de la capital. “Como este año no vamos a poder disfrutar de la Semana Santa de Zamora como siempre, en mi familia hemos decidido hacer los reposteros nosotros mismos y convertir nuestro balcón en una pequeña fachada del Ayuntamiento. Acabaremos los que faltan cuanto antes para completarlo”, explican desde esta familia.
Una muestra más del sentimiento que existe en la ciudad alrededor de esta semana en la que, en condiciones normales, la provincia deja de pertenecer a la España Vaciada y se convierte en un hervidero de personas.
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