La cruel realidad de los entierros en Zamora: "Hay familiares que ni siquiera pueden despedirse"

Más de medio centenar de zamoranos han perdido la vida desde que comenzó la pandemia. Pero no son solo números, detrás de las cifras se esconden historias de dolor para las que nadie estaba preparado. 

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El último balance de difuntos dejaba este miércoles un nuevo fallecido que eleva la cifra total hasta el más de medio centenar de muertes en Zamora. No son solo datos, detrás de esta cifra hay nombre, apellidos y familias rotas de dolor por la pérdida y la insólita situación para otorgar su último adiós a un ser querido.

El sacerdote zamorano, Florentino Pérez, vive estos días en sus propias carnes la dureza de estas despedidas y nos relata cómo se vive en Zamora el luto en tiempos de pandemia. "Es muy duro. Pese a que las familias entienden las medidas tomadas, la normativa solo contempla la presencia de tres familiares, es devastador tener que elegir qué miembros de la familia podrán estar presentes".

Una situación que deja sin despedida a muchas familias. "Hay pacientes que ingresan con lo que a priori parece un catarro grave o cuadros de neumonía, y nadie se espera que esos sean los últimos minutos en los que veas a tu ser querido con vida, sin haber podido acompañarle en la enfermedad y recibiendo una llamada que te confirma el fallecimiento".

Es el propio Florentino quien asegura que siempre es difícil vivir un funeral, pero "ante esta situación no hay palabras de consuelo. Quizá en situaciones normales tampoco las hay, pero si existen los besos y los abrazos que sí reconfortan". Él ya ha tenido que vivir varias despedidas y asegura "que las familias necesitarán ayuda psicológica para superar estos momentos. Se viven muertes en las que no hay velatorio, ni tanatorio, ni funeral...no se recibe el cariño de tus allegados, llegas al cementerio y en cuestión de minutos debes volver a tu casa".

"Todos necesitamos vivir un proceso de duelo del que también se nos ha privado", asegura Florentino poniendo de manifiesto el amplio agradecimiento de las familias por poder contar con la presencia de un sacerdote en estos duros momentos.

Pero ni las familias, ni los sacerdotes estaban preparados para afrontar estas imágenes. "Nunca te acostumbras, pero en esta situación es aún más conmovedora. Llegamos al cementerio y se vive una oración fría, de apenas unos minutos y guardando las distancias de seguridad. Se me cae el alma a los pies".

Una realidad que nos cuenta Florentino Pérez quien ha sumado a su hábito los guantes de látex y la mascarilla que acompañan a una estola morada que designa, en la iconografía religiosa, el tiempo de funeral truncado por la pandemia que dibuja una triste realidad en la provincia, lejos de ser solo cifras. 




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