Castilla y León es una de las tres comunidades autónomas que perdió población empadronada en el último año, en concreto, 6.263 personas menos en términos absolutos y -0,3 por ciento en términos relativos, según el Avance de la Estadística del Padrón Continuo publicado en las últimas horas por el INE.
El total de personas inscritas en el Padrón Continuo en Castilla y León a 1 de enero de 2020 es de 2.393.285 habitantes (47.431.256 habitantes en España), lo que supone 6.263 personas menos respecto a los datos definitivos a 1 de enero de 2019, cuando se alcanzaron los 2.399.548 empadronados.
Estos datos sitúan a Castilla y León como la comunidad que ha perdido más población empadronada en términos absolutos y como la tercera con mayor descenso en términos relativos, sólo por delante de Principado de Asturias y Extremadura (ambas con un -0,4 por ciento) y también inferior al descenso de la ciudad autónoma de Ceuta (-1,1 por ciento).
Los datos en la provincia de Zamora siguen siendo dramáticos, y no por habituales dejan de ser preocupantes. Y es que Zamora es la provincia de Castilla y León que más habitantes perdió en términos relativos y la segunda que más perdió en valores absolutos.
Así, durante el año 2019, la población zamorana descendió en 1.979 personas, (solo por detrás de León que perdió 3.764). En términos relativos el descalabro fue del 1,1 por ciento, el peor dato de toda la comunidad, ya que la rebaja porcentual de León fue del 0,8 por ciento.
A día de hoy, Zamora se aproxima inexorablemente a bajar de una nueva barrera psicológica, que es la de los 170.000 habitantes, ya que actualmente, a fecha 1 de enero, la provincia posee 170.560 empadronados. Yendo más allá, las estadísticas apuntan que a 1 de enero de 2010 Zamora tenía 194.214 habitantes, lo que supone un descenso de 23.654 habitantes durante la última década.
En definitiva, según los datos ofrecidos por el INE, vuelve a quedar patente que la merma poblacional sigue afectando esencialmente al oeste de Castilla y León, ya que el número de habitantes creció en Burgos, Segovia, Soria y Valladolid, y descendió en el resto.
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