¿Cómo será el sector agroalimentario después del coronavirus?

Nuevo contexto con una realidad basada en la tecnología y la orientación a un consumidor que ha cambiado por completo.

 Ipc consumo mercado frutas verduras
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Superada la primera fase del impacto del Covid-19 en el sector agroalimentario, los profesionales ya están enfocados en afrontar las siguientes etapas. Más allá de cómo serán los distintos escenarios posibles, los expertos trabajan en cómo actuar en un contexto diferente.

Desde el marketplace agroalimentario Claire Global destacan una serie de tendencias clave que definirán la denominada ‘vuelta a la normalidad’. “Paradójicamente, esa ‘vuelta a la normalidad’ cambiará por completo el sector”, destaca Ramón Sánchez-Ocaña, CEO y cofundador de Claire Global, quien añade que “había tendencias opcionales o excepcionales que en unos días han pasado a representar una realidad que hay que asumir para sobrevivir en el sector”.

Lo más evidente es que cualquier tendencia tendrá que lidiar con un nuevo contexto económico. Tras una situación de crisis sanitaria, viene una crisis económica. “El gasto promedio del carro de la compra de los españoles caerá como consecuencia de la propia realidad económica”, señala, quien destaca que “las preferencias de los consumidores se verán condicionadas por sus posibilidades”. Según un estudio de AECOC, un 36,6% de los consumidores ya percibe un impacto económico negativo, aunque considera que será pasajero, mientras que el 41,6% cree que el empeoramiento de su situación económica será duradero.

Estas son las cinco tendencias que influirán en los próximos meses en las nuevas estrategias de las compañías agroalimentarias:

- Sobrestock de determinados alimentos. Muchas compañías que ya contaban con estimaciones de venta ligadas al sector hostelería no han podido frenar su proceso de producción. Así, el sector ganadero, por ejemplo, necesitará abaratar costes para lograr vender su producto, lo que reducirá sus beneficios. Esta situación se producirá a corto y a medio plazo, “la situación a largo plazo está condicionada a que no haya repuntes del virus, en cuyo caso sufriría una nueva inestabilidad en los precios”, explica Sánchez-Ocaña. “A pesar de que estemos más preparados en unos meses, seguirá habiendo productores que quieran apostar por un año optimista y que se arriesguen a esa situación negativa relacionada con los precios”.

- Medidas sanitarias. Si la salud siempre ha sido prioritaria, la situación actual eleva más esa percepción. Más allá de una comunicación basada en la importancia de una buena alimentación o en los hábitos de vida saludables, el sector está reforzando la comunicación basada en el correcto seguimiento de las medidas sanitarias recomendadas por las autoridades. Los consumidores exigen que el cuidado que ellos mismos siguen al usar mascarillas o guantes tenga su réplica en los sectores que están relacionados con la alimentación.

- Cambio de hábito, el consumo en el hogar.
Según los datos del Ministerio de Agricultura, el consumo en el hogar durante la primera semana de abril aumentó un 22,2% respecto a la misma semana de 2019. Randstad Research, por su parte, prevé que el sector de la hostelería empiece a recuperarse totalmente entre finales de 2021 y principios de 2022. El notorio aumento del consumo en el hogar unido a una lenta recuperación de la hostelería señala a esta tendencia como imprescindible.

- Adaptabilidad. El contexto ha cambiado y tendrá una incidencia que, según informes y estimaciones, podría alargarse hasta dos años. Este cambio demanda al sector adaptabilidad, porque las compañías que no sean flexibles y puedan adaptarse a las circunstancias, desaparecerán. “Nuestro propio marketplace, de orientación B2B, ha tenido que desarrollar una nueva plataforma que sus clientes consideran imprescindible en esta nueva situación: la venta a particulares”, destaca Ramón Sánchez-Ocaña.

- Digitalización obligatoria. Una de las tendencias clave llevaba años siendo imposible de obviar. Aun así, muchos actores clave del sector no tenían la necesidad aún de abordarla como un elemento prioritario de sus negocios. Ahora, la flexibilidad de las pymes está potenciando que conecten con su target a través de canales digitales y la capacidad de las grandes compañías está permitiendo que digitalicen su stock a marchas forzas. Todos los esfuerzos apresurados para ‘ponerse al día’ harán sufrir más a algunas compañías frente a los players con una vocación eminentemente digital.

Todos estos elementos configurarán lo que, en palabras del cofundador de Claire Global, “definirá el nuevo contexto del sector agroalimentario. Una realidad mucho más digitalizada y basada en la tecnología y la orientación a un consumidor que ha cambiado por completo”.

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