El pasado 29 de mayo, un hombre fue retenido por le personal de seguridad de un supermercado de Zaragoza cuando fue sorprendido robando. Escondidos en su chaqueta, llevaba cuatro potitos que no había pagado en la caja, por lo que el guardia que trabaja en el establecimiento llamó a la Policía.
Una vez allí, el presunto ladrón, desempleado, explicó a los agentes su situación precaria, tras lo que uno de ellos pagó los potitos y lo dejó marchar. Antes de eso, varios clientes también se habían ofrecido a pagarlos.
El gesto solidario ha sido relatado por la propia Policía Nacional en su perfil de Twitter, donde ha calificado el relato como un "microcuento real".
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