En una sesión de entrenamiento habitual para preparar la promoción de ascenso, concretamente la de la tarde del pasado 25 de junio, las malas noticias llegaron de manera inesperada al vestuario del Zamora Club de Fútbol. El cuerpo técnico dirigido por David Movilla organizó un partidillo entre la propia plantilla, con la mala fortuna de sufrir una lesión grave de uno de los jugadores habituales del curso: Asiel Mateo.
“Fue en el partidillo del miércoles por la tarde. Me tiré a cortar un balón y se me quedaron los tacos clavados. El pie no deslizó y se me dobló el tobillo hacia dentro con todo el peso del cuerpo”, comentaba en su momento sobre aquella situación. Con el hueso roto, el jugador tuvo que pasar dos veces por quirófano, una situación que recuerda, aquella donde recibió la noticia durante una revisión de que tenía que volver a ser operado, como una de las situaciones complicadas porque sintió como si “ese mes no hubiese avanzado” en su recuperación. Y es que un tornillo de la placa que le colocaron sobresalía y podía suponer un problema a largo plazo, por lo que se prefirió evitar riesgos. Sin embargo, explica que “nunca me he venido abajo”.
Cinco meses después Asiel Mateo empieza a tocar balón en los entrenamientos y a pisar el césped, eso sí, con zapatillas y no las botas de fútbol. Los plazos “van dentro de lo normal según los profesionales”, destaca, mientras reitera que la vuelta está “lejana” de momento y únicamente está realizando el calentamiento previo y tocando “muy poco” en la fase de balón. En lo que respecta a regresar a jugar en el Ruta de la Plata no se pone fechas y aclara que “este mes es importante” para ver la evolución, y que a partir de diciembre estará todo “más claro”.
En estos meses David Movilla ha sido una de las piezas que más le han conectado con el equipo, pues ha estado “hablando bastante” con el técnico, quien se ha preocupado por él y por su estado anímico.
Lo que si tiene claro Asiel Mateo es que el Zamora CF ha empezado bien la temporada, recalcando que se ve un equipo “con muchísima confianza, atrevido, con hambre, ilusión, ganas de competir y que pelea cada balón”. Características que valora como la “seña de identidad” de los rojiblancos en una categoría donde es “muy complicado sacar puntos” y resultados positivos.
Cuestionado por los nuevos compañeros, el central destaca de todos ellos que son unos “chicos estupendos”, que están “formando un gran grupo, como el año pasado” y que están “cuajando” dentro del vestuario. Un vestuario en el que espera volver a verse dentro de poco poniéndose de nuevo la equipación para saltar al césped del Ruta de la Plata y defender de nuevo la portería rojiblanca.
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