Temor a que el cierre de la hostelería traiga de nuevo la “ley de la selva” al campo por el abuso de los intermediarios

COAG denuncia que durante el confinamiento, algunos compradores "con pocos escrúpulos, aprovecharon que la producción se almacenaba en las explotaciones para ofertar precios escandalosos a los ganaderos".

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El cierre del canal Horeca (hoteles, restaurantes y cafeterías) impuesto por la Junta de Castilla y León podría traer "la ley de la selva a la agricultura y a la ganadería". COAG Castilla y León recuerda que, como ya sucedió en el anterior confinamiento, "algunos compradores con pocos escrúpulos aprovecharon que la producción se almacena en las naves por el cierre de las compras para ofertar precios abusivos y escandalosos a los productores" por lo que exige que se amplíen las medidas protectoras que se establecieron en el primer confinamiento para paliar las pérdidas del sector y que contemplen este nuevo supuesto.

"Aunque no solo los intermediarios enfangan el mercado. El cierre del canal ya aporta suficientes efectos pérfidos. Por ejemplo, una de las primeras consecuencias de la clausura de este mercado en la anterior confinación fue el colapso que sufrieron las granjas ovinas al no poder vender los lechazos a los restaurantes. Sí fueron obra de los compradores, sin embargo, los hachazos que sufrió la producción láctea en tanto que la industria continuó recortando precios a pesar de que aumentó el consumo de leche y se mantuvieron los precios finalistas".

La OPA mostró su indignación porque el espíritu de las tractoradas que se celebraron antes de la declaración del Estado de Alarma era garantizar los precios pero “la industria revela una inmensa ingratitud ante la solidaria labor del sector en la pandemia”. De hecho, la venta de leche en el súper creció un 50% en la primera semana del confinamiento respecto de la misma semana del año anterior y llegó a superar el 60% en semanas posteriores. Y la láctea CELTA impuso una bajada de 3 euros por tonelada a los ganaderos sin que existieran motivos que justificaran tal medida, recuerda COAG.

En general, "las producciones ganaderas -leche, ovino, vino, aceite de oliva o patata- cayeron en una situación límite porque el cerrojazo del mercado acumuló productos en las granjas hecho del que los intermediarios intentaron aprovecharse".

Por ejemplo, en abril COAG denunció que los intermediarios aprovecharon la crisis del coronavirus para ajustar los precios a los ganaderos de vacuno. En la Lonja de Salamanca, "los compradores manifestaban querer consensuar precios, pero en realidad bajaban entre 80 y 100 euros el precio de cada ternero que salía del cebadero y de las fincas. Y ello, a pesar de que la exportación había crecido, que los animales salían de los cebaderos con normalidad y que había aumentado el consumo de cuartos traseros y delanteros".

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