Una cuarta parte de los pacientes COVID-19 continúa con síntomas persistentes en el tiempo que, pese a no ser graves, pueden afectar a su calidad de vida. Así, lo avanzó hoy el coordinador clínico de Medicina Interna de Sacyl, Carlos Dueñas, quien precisó que preocupa la evolución en el tiempo del coronavirus, así como la presión asistencial, que está cayendo, lo que no indica que se pueda bajar la guardia.
Dueñas precisó que desde finales de la pasada semana hay un cierto alivio en la presión hospitalaria, con un descenso de ingresos en planta y con mayor número de altas, fruto de las medidas de control que están permitiendo desescalar plantas COVID. Si bien, hay todavía zonas con incidencias muy “elevadas” a 14 días, como Burgos, Medina del Campo y Zamora, que indican que podría haber nuevos ingresos en las próximas semanas, lo que además coincidirá con el puente de diciembre.
Por estos motivos, el coordinador clínico de Medicina Interna de Sacyl apeló a la responsabilidad de la población, porque “muchas camas COVID, son menos opciones para otras patologías” que nada tienen que ver con el coronavirus.
El médico, que compareció hoy junto a la consejera de Sanidad, Verónica Casado, en la rueda de prensa para informar sobre la situación epidemiológica de Castilla y León, destacó que, gracias al mayor conocimiento de la enfermedad, los pacientes que llegan a urgencias llegan antes, en mejor estado y responden mejor a los tratamientos, lo que revierte en un menor tiempo de días de ingresos. A ello, se une que continúa la investigación con fármacos y con ensayos clínicos para mejorar en estos aspectos.
Por lo que respecta al perfil del paciente, indicó que es muy similar al de la primera ola, con mayor gravedad en pacientes de más edad; y la sintomatología habitual es fiebre, tos, sensación de falta de aire y cansancio. La pérdida del gusto y del olfato es más común en pacientes más jóvenes, y también en mujeres.
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