La ciudad de Benavente está de fiesta. Este fin de semana debería de ser una jornada con el ajetreo, el bullicio anunciando ya la llegada del lunes 12 de abril, dedicado a la Virgen de la Vega, la fiesta de la Veguilla, la patrona de la ciudad. Ah! y la petición del Toro Enmaromado. Pero no. La gente por las calles escasea y más aún en los establecimientos comerciales. Ni que decir tiene a este mediodía el que sería un agradable paseo por la ciudad.

Por culpa de la pandemia los actos oficiales se ciñen exclusivamente al de este pasado sábado al atardecer con el acto de coronación e imposición de bandas de las representantes de la Juventud y de la Infancia en el Salón de Plenos, y en la jornada festiva del lunes al madrugador reparto del pan y a la misa en honor a la patrona.

No obstante, los deseos de fiesta son cada vez mayores y por eso algunos han apostado por instalar reposteros en los balcones. Pocos, eso si. La Casa Consistorial se ha engalanado pregonando la unidad por la Tradición y la historia ante la diversidad, porque «Todo saldrá bien», reza el gran cartel que cuelga de la balconada central del Ayuntamiento en la plaza Mayor, recordando una estampa que ha hecho brotar lágrimas a los benaventanos, la petición del Toro Enmaromado

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