Preocupación por el proyecto minero de Calabor, una minería que “de ninguna manera es verde, como quieren hacer creer”

UIVO de Tras os Montes (Potugal) y la Plataforma contra el proyecto minero de Calabor muestran su rechazo a la mina de Valtreixal

Preocupación por el proyecto minero de Calabor, una minería que “de ninguna manera es verde, como quieren hacer creer”
Preocupación por el proyecto minero de Calabor, una minería que “de ninguna manera es verde, como quieren hacer creer”

En la jornada en la que tiene lugar en Lisboa la Green Mining Conference, bajo la Presidencia portuguesa del Consejo Europeo, este 5 de mayo UIVO - Por una Reserva de Biosfera Meseta Ibérica libre de minas y la Plataforma contra el proyecto minero de Calabor han mostrado su preocupación ante una minería que “de ninguna manera es verde, como quieren hacer creer”.

Desde ambas asociaciones explican que esta conferencia es parte de una estrategia europea para el acceso a la riqueza mineral en suelo europeo y para garantizar la independencia en el acceso a los recursos naturales a un coste asequible, pero “va a dilapidar nuestro patrimonio natural, en una lógica de minería verde”.

Así, inciden en que “la Green Mining - minería verde- esa supuesta forma de presentar la minería como ecológica o sostenible es una falacia. La palabra de moda “verde” que no existe en la literatura especializada tiene como objetivo hacer pasar por verde un sector industrial y manipular la opinión pública para desacreditar los movimientos de ciudadanos que defienden sus territorios. Territorios en los que existe un desarrollo basado en el patrimonio natural, con productos endógenos de gran valor y una economía de servicios ligada al medio ambiente y al turismo, que no siempre es compatible con los intereses de explotación de los recursos minerales”.

“Las minas a cielo abierto que las grandes multinacionales pretenden instalar en los países periféricos de la UE tienen dimensiones raras veces vistas en nuestro continente, con impactos evidentes en la biodiversidad, en la economía local, en la salud y bienestar de las poblaciones. La transición energética para combatir el cambio climático es el principal argumento de este poderoso sector. Las minas destruyen paisajes, contaminan ríos y aire, matan especies, solo generan riqueza para las multinacionales mineras y dejan pasivos sin resolver en las regiones explotadas”, resaltan.

Las áreas periféricas, con menor densidad de población, son “presa fácil” para el lobby minero. Sin embargo, muchas de estas áreas están protegidas, ya sea por la legislación europea o por calificaciones asignadas por organismos internacionales que dan fe de su valor. El sector minero habla de minería “verde” para intentar justificar la explotación dentro de las reservas naturales.

Si bien reconocen la necesidad de explorar los recursos minerales, fundamentales para el mantenimiento de muchos aspectos de la vida humana, la estrategia “no puede ni debe basarse en una lógica de exploración a cualquier coste, con impactos muy significativos sobre los valores naturales de los territorios, riesgo para la economía local, la salud y el bienestar de la población, con la instalación de pasivos ambientales de largo plazo que pueden contribuir a la desertificación de estos territorios. El proyecto de instalación de una mina de tungsteno en Calabor, España, es un ejemplo paradigmático”.

La mina de Calabor pondrá en peligro el desarrollo turístico de una región

En el límite con el distrito de Bragança, está prevista una mina a cielo abierto de 250 hectáreas de explotación de tungsteno y estaño, a 5 km de la frontera portuguesa, en un espacio adyacente al Parque Natural de Montesinho, el Parque Natural Lago de Sanabria y Sierras. Segundera y de Porto y la Sierra de la Culebra, lo que tendría un impacto significativo en la calidad de vida de los habitantes de la Raya, en la economía local y en el propio Parque. Esta mina está diseñada en un área de la Reserva de la Biosfera Transfronteriza Meseta Ibérica y la Red Natura 2000, clasificaciones reconocidas mundialmente por el valor excepcional de su patrimonio natural. El valor de este territorio clasificado ha orientado toda una estrategia pública de desarrollo social y económico de la región, basada en productos endógenos (miel, nueces y otros), turismo de naturaleza y caza, manejo sostenible de los recursos forestales, conservación de especies vegetales y animales y en la promoción de la investigación científica.

“La ejecución del proyecto choca con la preservación de este patrimonio clasificado, con los intereses y derechos de la población y con los intereses ambientales, sociales y económicos no solo de la región, sino también de todo nuestro país”, destacan desde las asociaciones.

La mina prevé el uso de toneladas de dinamita, la construcción de una línea de alta tensión de 10 km y una planta de tratamiento de minerales, el paso diario de decenas de vehículos pesados, el almacenamiento y desembarque de residuos peligrosos y la creación de una escombrera de gran dimensión en medio de la Red Natura 2000.

En este sentido, añaden que “estas actividades tendrán inevitablemente impactos transfronterizos en el paisaje, la biodiversidad, la calidad del aire y del agua, destruyendo la flora y el hábitat de animales salvajes como ciervos, águilas y zorros, algunos clasificados, amenazados o en peligro de extinción, como el lobo ibérico, el águila real y la cigüeña negra. La contaminación del aire y de ríos como Calabor y Sabor también dañaría la agricultura y la salud de la población que se opone a la mina, en línea con sus representantes políticos locales”.

Para la UIVO y la Plataforma contra el proyecto minero de Calabor, si esta estrategia minera avanza sin una seria reflexión y evaluación territorial sobre lo que realmente se puede explorar de manera sostenible, sin comprometer los valores naturales y a las poblaciones, “estaremos vendiendo a costa de la herencia de nuestros descendientes y contribuyendo a la desertificación de estos territorios”.

Tienes que iniciar sesión para ver los comentarios

Lo más leído