El Zamora conseguía este domingo el triunfo de la fe.  Un triunfo basado en buenos momentos de juego, pero sobre todo asentado en la creencia hasta el final. En pensar que pese a que la portería de Álex parecía cerrada, se podían sumar tres puntos de oro. 

Los rojiblancos fueron mejores que su rival durante muchos minutos. El Burgos Promesas 2.000 hizo muy bien lo que tenía pensado. Un equipo muy bien trabajado, con una buena colocación sobre el césped, cerrado en defensa y tratando de encontrar su opción en jugadas aisladas. Se encontró con un Zamora que salió inspirado de vestuarios. Los primeros minutos fueron locales. Sopale y Eguileor gozaban de las primeras acciones, mientras que Miguel apenas tenía que intervenir en un lanzamiento muy lejano de Cosín que intentó sorprender. 

Pero antes del descanso, y tras la lesión de Raly Cabral, el Zamora perdió su esencia y lo aprovechó el Promesas para crecer sobre el césped. Pese a ello, apenas creó ocasiones de gol y tan solo necesitó un córner para ponerse por delante. Saúl remataba en el corazón del área pequeña un saque de esquina y mandaba el duelo al descanso con un desalentador 0-1. El Zamora parecía ir de más a menos y la preocupación se instalaba en las gradas, que veía como los rojiblancos eran incapaces de marcar. 

Pero el segundo tiempo no pudo comenzar mejor. Juanan hacía el empate a los pocos instantes de la reanudación con un disparo inapelable desde treinta metros que se coló por la escuadra. A partir de ahí, el duelo fue para el Zamora. Losada movía rápido el banquillo y el Promesas sufría en defensa. Eso sí, Cosín le daba aire en jugadas de ataque. En una de ellas, Miguel tuvo que hacer una intervención de mérito para evitar el gol visitante. El Zamora lo siguió intentando pero no encontraba el gol. Un disparo de Caramelo al larguero, dos remates desviados de Revidiego y un disparo desde la frontal de Dieguito no entraban por poco. 

La afición, pese a todo, al igual que el equipo, no perdía la fe. Siguieron empujando y el premio llegaba en el descuento, con un remate de cabeza de Caramelo que aprovechaba un gran centro lateral de Diego Ortiz a balón parado para poner el definitivo 2-1. Una victoria que permite a los zamoranos seguir soñando con engancharse a la pelea de la fase de ascenso antes del parón navideño.

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