El Zamarat no rompió los pronósticos y perdió con claridad en su visita a Girona.  El conjunto naranja aún no sabe lo que es ganar en Fontajau. En sus cuatro visitas en Liga Femenina, se ha llevado otras tantas derrotas y, en algunas de ellas, como en esta, también malas sensaciones. El equipo de Lucas Fernández no tuvo nunca opciones de ganar y se mostró preocupantemente desacertado en la parcela ofensiva.

Esa circunstacia quedó patente, sobre todo, desde la línea de tres. Ante el atasco por el interior, las naranjas buscaron alternativas exteriores, pero erraron una y otra vez, de tal modo que terminaron el encuentro con un 0/17 en triples más que desalentador; eliminatorio en casi cualquier caso cuando un equipo trata de ganar un partido.

Clark, Mieloszynska, Delgado y Van den Adel fueron las más atrevidas, pero se toparon con el hierro. Su rival, sin estar especialmente acertado hizo diana en cuatro de sus catorce intentos desde fuera. Fue más que suficiente ante un Zamarat que tampoco halló tiros librados dentro y que anotó veinte de los cincuenta lanzamientos de dos puntos que probó.

A nivel global, tan solo Manzanares convirtió más tiros de los que falló (5/7). El resto se quedó, en el mejor de los casos, en un 50%. Jugadoras llamadas a anotar con fluidez, como Mieloszynska, que se manejó en unos porcentajes desoladores (2/14), no tuvieron el día y se estrellaron ante un rival que, es justo reconocerlo, defendió con intensidad y complicó los lanzamientos naranjas.

El Zamarat tendrá ahora dos semanas de parón antes de su próximo compromiso, que será el 21 de febrero, en el Ángel Nieto, ante el Cadí La Seu, otro de los rivales poderosos de la Liga, pero accesible cuando actúa como visitante.

 

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