Final en La Rosaleda y trigésima tercera Liga para el Real Madrid. Los jugadores de Zidane festejaban sobre el césped el título de la competición doméstica y paralelamente miles de madridistas afincados en Zamora también celebraban un título que se resistía en los últimos años. Muchos de ellos, varios cientos, comenzaron a encaminarse a la Plaza de la Marina para dar rienda suelta a la alegría por el triunfo.
Una vez allí, los hinchas comprobaban que el Ayuntamiento había vallado la fuente, teniendo en cuenta los muchos problemas que está dando en los últimos años con filtraciones a la zona del aparcamiento subterráneo. Los aficionados se resignaron al no poder zambullirse en la fuente recién remozada, pero en cuanto el número de hinchas se acercó al millar, la masa de seguidores decidió trasladar la fiesta a la fuente de los jardines de Eduardo Barrón.
Ahí ya sí, los aficionados pudieron darse el baño de gloria por el triunfo y los cánticos empezaron a atronar. La labor de Zidane, el merecido balón de oro para Cristiano Ronaldo y un sinfín de cánticos madridistas se salpicaron entre entonaciones en las que los hinchas también se acordaron del FC Barcelona, del Atlético de Madrid y en concreto personalizando los cánticos ofensivos en Piqué y Messi.
La fiesta se alargó durante varios minutos y los hinchas se emplazaron a principios de junio, cuando esperan volver a verse tras la final de Champions.
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