Como cabía esperar, el botellón se celebró y San Martín lo padeció. Pasadas las seis de la mañana, la fiesta había concluido, pero cientos de bolsas de plástico, botellas de todo tipo, vasos y demás restos de la jarana continuaban formando parte del decorado del parque y también de varias de las calles aledañas.
De este modo, los servicios de limpieza se han visto obligados a afanarse para dejar la zona como nueva para los tres días que aún quedan por delante de Semana Santa.
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