Dos golpes de rabia al manillar y un gesto de contrariedad. Esta ha sido la reacción de Jaime Rosón al entrar en meta por detrás de Durasek en la llegada al puerto de Sveti Jure, que vio acortado su recorrido por culpa del tiempo y que concluyó trece kilómetros más abajo de lo debido. El zamorano, que siempre pareció el más fuerte, terminó en la segunda plaza después de una etapa en la que superó al ganador de Giro, Tour y Vuelta, Vincenzo Nibali.
Rosón realizó una subida excepcional, siempre pegado a la rueda del italiano y situado en las primeras plazas de un pelotón que no terminó de romperse hasta un ataque del propio Nibali a poco más de dos kilómetros para el final. Ahí, el zamorano se agarró al favorito y se mantuvo firme, a la espera de su oportunidad.
El alto ritmo impuesto por el otro corredor del Bahrein permitió que un cuarteto se disputara la llegada. En este punto, el repentino ataque del otro componente del grupo cabecero, Durasek, pilló desprevenido a Rosón, que salió como un resorte tras el croata en cuanto se percató de la situación, pero que ya no pudo remontar para apuntarse una etapa que tuvo en la mano.
En todo caso, la jornada deja buenas sensaciones por parte del ciclista de Caja Rural, que se encuentra también segundo en la General a falta de cuatro etapas para el final de la ronda croata.
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