¿Cuál es la salud de la Hermandad Penitencial de las Siete Palabras?
La salud de la cofradía no puede ser mejor. Estamos muy contentos y orgullosos de cómo va todo. Este año el número de entradas ha sido de veinte personas, de las cuales entre los que hay mucha gente joven. Hay que pensar que el futuro y el relevo generacional están en la gente joven, por eso estamos contentos de eso. La participación de los zamoranos suele ser en Semana Santa y menos habitual en los actos previos que se organizan. No me sirve de consuelo que eso pase en la gran parte de las hermandades. La espina que tengo clavada es la de no haber conseguido que los hermanos se hayan involucrado más en la acción social. No es que estemos mal, porque el trabajo va saliendo. En la exposición fotográfica y en los actos de los martes de Cuaresma sí que ha respondido la gente, pero en la obra social no tanto.
¿Qué novedades trae este año la Hermandad?
Cuando entramos a regir el rumbo de esta Hermandad uno de nuestros objetivos era volver a la esencia. Llevar a cabo novedades sería romper ese primer fundamento. No hay ninguna novedad porque la esencia debe seguir igual. Ahora bien, en este cincuenta aniversario intentas darle un punto diferente. Saldremos de la Catedral, que es el templo de referencia para los zamoranos. Quiero recordar que la santa misa previa al desfile no es voluntaria, sino obligatoria. Invito a todos los hermanos a que las diez y media estén en la Catedral, porque si van después pueden encontrarse con la puerta cerrada. Nos planteamos también hacer algo que pudiera perdurar en el tiempo y que no quedará solo en el aniversario. Y decidimos diseñar una nueva Cruz Guía. No quiere decir que la anterior fuera mala, sino que hemos hecho otra. La nueva refleja hechos que han sucedido en estos cincuenta años y son hechos relevantes para nosotros. El puño de la mujer que representa la entrada de la mujer a la hermandad, la Santa Biblia, Santa María de la Horta…
¿Cómo ve el futuro de la Junta Pro Semana Santa?
El futuro de la Junta Pro Semana Santa y de la Semana Santa en general tiene que ir en la línea de ahora. Tiene un futuro espléndido y fantástico. Esto es una familia y siempre hay discusiones. Seguro que lo último que ha trascendido del Santo Entierro no ha sido más que una disparidad de criterio. Es cuestión de sentarse, debatir el tema y esto volverá a sus cauces normales. Estoy convencido que no habrá problemas y que la Semana Santa seguirá con el mismo esplendor o más. Los nuevos dirigentes tendrán fuerza y valor para tirar de esto adelante. Hay que quitarle importancia. La Semana Santa tiene una trascendencia mayor que todo esto. Todo se reconduce.
¿Qué recuerdo guarda con especial cariño de su Hermandad?
Lo que más recuerdo con cariño fue el primer año que cargué al Cristo. En concreto, fue fantástico cuando bajamos al Cristo y lo colocamos en la mesa. Estás al lado de la mesa… me emociono solo de pensarlo. Lo tocas y piensas que es el no va más. Cada uno tiene devoción por una imagen, pero para mí el Cristo de la Expiación es el más importante. Tiene una mirada que se clava dentro. Cuando lo veas ya no te olvidas, es muy expresivo, te habla desde el corazón. Es una imagen que se sale de lo normal. Es el único Cristo vivo que procesiona dentro de la Semana Santa. Agradezco que todavía hoy los hermanos cargadores me permitan acompañarles y ayudarles con las cuerdas para bajarlo. Es muy emocionante.
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