Desde hace años se lleva luchando por acercarse cada vez más a las nuevas tecnologías pero, según el informe ´Índice de la Economía y la Sociedad Digital´, realizado cada año por la Comisión Europea, no deja todavía en buen lugar a España.
De hecho, todavía se encuentra en el puesto decimoquinto de los 28 países que forman parte del ranking, aunque destaca en algunos ámbitos que se miden como los servicios públicos digitales.
Sin embargo, en el capital humano dedicado a las TIC, España cae más abajo y, aunque en términos globales se sitúa por encima de la media de la Unión Europea, en este ámbito desciende considerablemente frente, por ejemplo, a Finlandia, el primer país en el asunto, que casi doblan en habilidades a los españoles.
Dicen, sin embargo, que es mejor fijarse en uno mismo que en los demás y en este caso tampoco sale muy bien parado España. De hecho, en el capital humano, es en el único que desciende con respecto a 2016, mientras que en conectividad e integración de la tecnología digital crece de manera importante, y en el uso de internet y en los servicios públicos lo hace más moderadamente.
Estos datos ponen el énfasis en la necesidad de encontrar estudiantes que enfoquen sus esfuerzos en el área de la digitalización. Tanto que un estudio de Randstad cifra los empleos que se crearán hasta 2022 en 1,25 millones, principalmente en el área de la tecnología y digitalización, de los englobados dentro del llamado grupo STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas).
A pesar de ello, en territorio nacional, los estudiantes siguen sin comenzar carreras de este tipo y las previsiones apuntan a que los matriculados descenderán un 3,5% durante los próximos cinco años. Y esto a pesar de que ya en el presente, las profesiones más demandadas sean los ingenieros industriales o los expertos en Big Data, entre otros, y que para el futuro se prevea un crecimiento exponencial de los ingenieros informáticos y los especialistas en márketing digital.
Además, a medida que avanza la tecnología se van creando nuevas profesiones, las más difíciles de encontrar, más aún en España, donde la cuarta revolución industrial está aún por llegar. Es el caso de los expertos en datos y ciberseguridad, por ejemplo, donde en el país apenas tienen experiencia por lo que las diferentes empresas se ven obligados a contratar profesionales de otros países.
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