Desde primera hora de la mañana los viandantes que atravesaban la calle El Riego miraban incrédulos el escaparate de una conocida droguería instalada desde apenas tres meses en la zona. En él podía verse un importante agujero, fruto de un fuerte impacto que además había resquebrajado toda la superficie de la luna.
No era hasta pasadas las nueve de la mañana cuando la Policía Local recibía el aviso y se personaba en el lugar para prestar declaración a la dueña del local y tratar de hacer inventario de todos los efectos dañados.
En un principio, las primeras hipótesis apuntan a un acto vandálico que terminó con el escaparate reventado, y prácticamente se descarta el intento de robo, puesto que el agujero era lo demasiado pequeño como para sustraer a través de él algún producto.
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